CONSERVACIÓN, REPRODUCCIÓN Y PRODUCCIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL TALENSE |
Revista Cognición 36 - Ponencias | |||||||
CONSERVACIÓN, REPRODUCCIÓN Y PRODUCCIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL TALENSE Blanca Estela Bravo Lara
Basado en los datos obtenidos del trabajo de campo y desde una visión antropológica, este proyecto tiene por metas la recuperación, asimilación y enriquecimiento de rasgos culturales de los habitantes de la comunidad de Tala en Jalisco, México. Dichos objetivos confluyen a su vez en un fin abarcador, el fortalecimiento de la identidad compartida y de la cohesión social facilitadoras ambas del desarrollo intelectual y material armónico de cada individuo y de la totalidad de la sociedad en que se encuentran inmersos.
Desde un enfoque antropológico, el de Guillermo Bonfil Batalla (2003:20), podemos delimitar a la cultura como: "el conjunto de símbolos, valores, actitudes, habilidades, conocimientos, significados, formas de comunicación y organización sociales, y bienes materiales, que hacen posible la vida de una sociedad determinada y le permiten transformarse y reproducirse como tal, de una generación a las siguientes" De tal manera, más allá de sus elementos constitutivos, es su carácter de "transmisible" lo que define a la cultura como tal. En términos llanos, todo rasgo cultural es ante todo un legado recibido de generaciones anteriores y un patrimonio que nos ha enriquecido. Según Julio Olivé (1999), el patrimonio es una "herencia cultural que imprime sus características a un pueblo y lo distingue de los demás" Ya que la cultura moldea a la sociedad en tanto que se transmite generacionalmente y que, al mismo tiempo, esta cultura es moldeada por los individuos de la sociedad en tanto que es acumulativa, dinámica y cambiante caemos en la cuenta de que resulta necesario facilitarle a esa sociedad un acercamiento a la cultura acumulada al tiempo que proveerle de los medios para convertirse en sociedad productora de cultura. Una visión antropológica en convergencia con el Trabajo Social y otras áreas del conocimiento dieron al proyecto Investigación, Intervención y Desarrollo en la comunidad de Tala en vinculación con la Universidad de Guadalajara un carácter inter y trans-disciplinar que permitió analizar una realidad particular y elaborar proyectos como el que aquí expondremos y cuyo fin es reforzar una identidad personal y de comunidad que reditúe en el desarrollo intelectual y material en un mejor ambiente de convivencia.
Néstor García Cancli El concepto de patrimonio cultural, per se, se ha constituido en abundante fuente de debates. Estos han girado, muchas veces, en torno a las palabras mismas y muchas otras a la etiqueta completa: "patrimonio cultural". Las discusiones cuestionan, todas ellas, a la matriz hegemónica desde donde se dictan términos y se discrimina lo no valioso de lo culturalmente legable. Lejos estamos de considerar vanas tales controversias, antes bien, hemos de decir que no solamente son pertinentes, sino necesarias para poder tener claridad acerca de todas y cada una de las fuerzas que confluyen para erigir a un patrimonio cultural como tal, trátese de uno de carácter oficial a nivel macro o de uno, definido desde y aceptado en, un ámbito más reducido, pero no por eso menos importante. La referencia latina más cercana a patrimonio es patrimonium que "indica los bienes que el hijo tiene, heredados de su padre y abuelos" . Patrimonio, como concepto, alude a lo que es valioso y digno o necesario de ser legado a las siguientes generaciones y en el caso de la cultura el patrimonio a preservar, difundir, recrear y crear es todo aquel que el habitante de la comunidad decida aceptar. No podemos pasar de largo sin detenernos, al menos brevísimamente, en otros aspectos, los relacionados con los agentes o instituciones encargados de definir que sí es, y que no es patrimonio cultural. No nos referimos exclusivamente a organizaciones creadas ex profeso, sino también a quienes deciden a dónde van los apoyos económicos para festivales culturales o para remozamiento o conservación de monumentos; a los que ostentan, desde su "refinamiento" y autoridad académica, el voto de calidad para discernir entre alta cultura y folclor o entre arte y artesanía y a funcionarios de alto nivel que aturdidos por un equivocado desarrollismo dejan en la desatención a la cultura que ha fundamentado a la sociedad a la que sirven. Pese a todo lo anterior, la humanidad posee un rico patrimonio cultural "oficial". Sería ridículo dudar de los elementos calificados por la UNESCO como patrimonio. Son verdaderamente una manifestación cultural digna de ser preservada para su disfrute en el futuro. El cuestionamiento critico habría de apuntar a los elementos culturales que quedan fuera de esta clasificación, analizando las causas o criterios que los llevan a correr tal suerte. Deberíamos preguntarnos por qué tal o cual música, costumbre, historia, leyenda, fiesta civil o religiosa no es reconocida como cultura o si lo es por qué no existe la consciencia de que estos y los demás elementos culturales son satisfactores de una necesidad básica del ser humano, la necesidad de identidad y de goce estético, que no sólo es una necesidad personal, sino que es una de toda la comunidad ya que al ser satisfecha crea un ambiente propicio para el desarrollo y armonía del conjunto de los habitantes.
Conservación del patrimonio cultural tangible e intangible de la sociedad tálense El elemento unificador por excelencia en una comunidad es un pasado compartido, pero en el caso del pasado cultural, al estar éste íntimamente ligado al territorio, es apropiable para todos sus habitantes actuales. El pasado cultural o patrimonio debe ser preservado y puesto a disposición de quien es talense por nacimiento o por elección. Ciertamente, es más fácil implementar un programa de remozamiento o conservación de un patrimonio tangible o bien cultural material- el templo antiguo, la plaza del pueblo, una hacienda, un monumento, etc.- De hecho, esta acción podría caber en una campaña de conservación y dignificación de espacios públicos. Sin embargo, cuando hablamos de bienes culturales intangibles es necesario, primero, tener claro a que nos referimos. La UNESCO en su Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI), Paris, 2003, establece: Como ámbitos de manifestación del PCI
Como características propias del PCI
La intervención es necesaria. Los individuos y las autoridades, como parte de la comunidad, somos los agentes de preservación y transmisión patrimonial. Pero, es el Estado el primer responsable según concluye la UNESCO en la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial:
Cada Estado Parte intentará por todos los medios oportunos:
La acción del gobierno municipal, en este caso, en vinculación con la Universidad de Guadalajara es piedra angular en la labor de rescatar el legado cultural talense. Datos arrojados por la investigación de campo en Tala nos advierten del desconocimiento que existe por parte de la población de la historia del lugar. De igual manera, existe en la consciencia de los talenses una ausencia de personajes ilustres, de tradiciones u otro elemento cultural que dé cohesión e identidad a los habitantes del lugar. Es pues, evidente la necesidad de implementar estrategias simples, pero eficaces para atender esta problemática.
Enriquecimiento del bagaje cultural del tálense Después de fortalecer los cimientos cultural-históricos del habitante de Tala, se hace necesario el incremento de su acervo. Es momento de abrir el amplio abanico cultural existente y ponerlo a disposición de todo talense por medio de programas enfocados a los diferentes sectores de la población. Es importante que la frase "Acercar la cultura al habitante de Tala" cobre un sentido literal; es necesario llevar a los barrios los eventos y programas de cultura. De existir ya una zonificación determinada por las autoridades y grupos parroquiales, será esta misma la que debe utilizarse para aprovechar que esta división ya es conocida y existe un sentido de pertenencia a cada barrio, de no ser así se buscara dividir la región a trabajar del modo más simple posible y evitando conjuntar grupos antagónicos en una misma zona.
Este estadio del proyecto cultural para Tala se constituye en el indicador máximo de que el objetivo está siendo alcanzado. Es el momento en que la sociedad talense podrá reproducir la cultura que ha recordado, conocido y expandido; es la etapa en que podrá producir elementos culturales dirigidos hacia adentro y hacia afuera de su comunidad.
Finalmente, es obligado mencionar que todas y cada una de las propuestas aquí expuestas son por naturaleza susceptibles al cambio. Dinámicas como la cultura misma, estas han de ajustarse a la respuesta de los habitantes de Tala o de cualquier comunidad donde se aplicaran; a sus preferencias y necesidades. De igual manera a los recursos humanos y materiales disponibles, pero siempre teniendo como fin último el hacer de la cultura un elemento propio y cotidiano de la sociedad talense.
Cualquiera que sea la naturaleza del elemento cultural al que nos refiramos, existe un punto de gran importancia a considerar; es lo que Bonfil Batalla (2003:25) identifica como lo "nuestro". Nos referimos a lo que es parte de nuestra cosmovisión, a lo que va más allá de una identidad construida desde fuera, a lo que es Tala vista desde los talenses. Decir lo nuestro no es hacer referencia a una posesión legal sobre un objeto material; decirlo es ser consciente de aquello con lo que nos identificamos: costumbres, vestimentas, platillos, música, lugares. Es nuestra conexión material o simbólica a aquello que nos da una identidad. Esta identidad es, simultáneamente, exclusiva y participada, es decir, que está conformada por un cúmulo de unidades culturales que son comunes a otros individuos de nuestra sociedad, pero que en nuestra particularidad se encuentran en una combinación exclusiva que es resultado de cada historia de vida. La cultura como parte integral de una sociedad se constituye como un indicador de identidad que no se restringe al ámbito material; que da vida a la comunidad, que le infunde un sentido de pertenencia y que invariablemente llevará al individuo a trabajar en conjunto y a buscar el bienestar común. Fomentar la cultura de identidad en la comunidad da forma al "nosotros" y con ello a un espacio fértil para la adquisición de conocimiento, para la convivencia de respeto y para el desarrollo de cada individuo inserto en el total de su sociedad.
Referencias Bonfil Batalla, G. (2003). Nuestro patrimonio cultural un laberinto de significados. Vol. 3. México: Conaculta. García Canclini, N. (1993). Los Usos Sociales del Patrimonio. En Florescano, E. (comp.) El Patrimonio Cultural de México. México: F.C.E. Olivé Negrete, J. C. (1999). En el 60 aniversario de la escuela Nacional de Antropología e Historia, México: Ediciones Navarra. UNAM. Instituto de Investigaciones Jurídicas (1998). Diccionario jurídico mexicano. México: Porrúa/ UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas.
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