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Revista Cognición 29

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FORMACIÓN DE LOS DOCENTES


Fernanda Gabriela Belmont: This e-mail address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it
Marta Alicia Ferradás: This e-mail address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it

Universidad Nacional de La Rioja- Argentina

 

 

RESUMEN

El Blended learning (BL), también denominado "aprendizaje flexible", que es la modalidad que nos convoca en esta ponencia, combina en forma más pareja las metodologías presencial y a distancia, en función de los destinatarios, los contenidos, el contexto, las características de los alumnos, etc. Para resolver cuál metodología utilizar es preciso realizar una cuidadosa reflexión que se base en un cuidadoso feedback entre docentes y alumnos.
En nuestra experiencia, se utiliza esta modalidad debido a que los alumnos provienen de ámbitos rurales donde muchas veces es dificultosa la conexión a Internet, debido a la geografía; a esto se suma que muchos no tienen práctica de acceso a blog y/o páginas de Internet, lo cual atenta contra su permanencia en carreras de grados y/o cursos que habían sido organizados totalmente a distancia.
Como sabemos la educación cumple una función social, y en la realidad actual observamos que cada vez más jóvenes acceden a la universidad, que cada vez más profesionales realizan estudios de postgrado: sin embargo las posibilidades de acceso no están reservados a todos. Es necesario un conjunto de políticas educativas, económicas y sociales, además de esfuerzos individuales que apoyen y apuntalen la educación para que ella pueda alcanzar la meta. La educación a distancia, en nuestro caso (BL) puede ofrecer un paliativo a este problema, ya que surgió, precisamente como la búsqueda de solución a un problema equitativo: llegar a todos, superando distancias, desigualdades sociales, problemas económicos.

Palabras claves: Docentes- Blended learning- presencialidad- calidad- tutores


Experiencias en busca de la calidad: formación de los docentes

La educación a distancia se refiere a prácticas de enseñanza mediadas que no requieren encuentros presenciales, o que al menos estos no son obligatorios, ya que la comunicación se realiza en forma masiva desde las plataformas de enseñanza a distancia. Como modalidades intermedias, a las cuales denominamos "grados de hibridación", es decir propuestas intermedias, encontramos: la Extended Learning,: (EL), que utiliza la tecnología digital, como blog, en el cual los alumnos interactúan; un foro, una dirección de mail del docente, al que pueden acceder los alumnos, etc, pero fundamentalmente se basa en el encuentro presencial y frecuente entre docentes y alumnos. La diferencia metodológica radica en la propuesta de mediación ofrecida por el docente que se centra en la presencialidad, mientras que lo tecnológico oficia de complemento. Esto significa que la obligación del alumno se encuentra en la asistencia a clases y no en el seguimiento de las mismas mediadas por la tecnología.

En cuanto al Blended learning (BL), también denominado "aprendizaje flexible", que es la modalidad que nos convoca en esta ponencia, combina en forma más pareja las metodologías presencial y a distancia, en función de los destinatarios, los contenidos, el contexto, las características de los alumnos, etc. Para resolver cuál metodología utilizar es preciso realizar una cuidadosa reflexión que se base en un cuidadoso feedback entre docentes y alumnos.
En nuestra experiencia, se utiliza esta modalidad debido a que los alumnos provienen de ámbitos rurales donde muchas veces es dificultosa la conexión a Internet, debido a la geografía; a esto se suma que muchos no tienen práctica de acceso a blog y/o páginas de Internet, lo cual atenta contra su permanencia en carreras de grados y/o cursos que habían sido organizados totalmente a distancia.
Si bien se trata de concientizarlos en lo que respecta a la red e introducirlos de a poco, se ha previsto que el sistema mixto del "aprendizaje flexible" es el más adecuado para resolver las situaciones de los alumnos.

Como sabemos la educación cumple una función social, y en la realidad actual observamos que cada vez más jóvenes acceden a la universidad, que cada vez más profesionales realizan estudios de postgrado: sin embargo las posibilidades de acceso no están reservados a todos. Es necesario un conjunto de políticas educativas, económicas y sociales, además de esfuerzos individuales que apoyen y apuntalen la educación para que ella pueda alcanzar la meta. La educación a distancia, en nuestro caso (BL) puede ofrecer un paliativo a este problema, ya que surgió, precisamente como la búsqueda de solución a un problema equitativo: llegar a todos, superando distancias, desigualdades sociales, problemas económicos.

A esto se le suma el concepto de calidad, presente en todo proyecto o emprendimiento, aún en el educativo. La búsqueda de la excelencia educativa si bien es reconocido, también se torna ambiguo. Desde la óptica de la educación, la calidad"…debe ser entendida como la dedicación de un sistema educativo para optimizar los productos educativos a fin de obtener la satisfacción del educando (…) la calidad educativa permite lograr la satisfacción de la demanda y su permanencia en el sistema" ( Grunewald).

Por lo tanto, se puede referir a la calidad como el esfuerzo de individuos y grupos por hacer bien lo que hacen, para satisfacer sus necesidades y las de sus semejantes. Es decir, que la calidad va estrechamente ligada a la relación entre las personas, en donde recíprocamente alguien da y otro recibe. Por lo tanto, se deduce que la calidad "… es el resultado organizado de personas capacitadas y comprometidas, es decir, de personas con los conocimientos, las destrezas, los valores y las actitudes necesarias para hacer bien lo que hacen"(Moya Segura).

Si se pretende una educación de calidad, el objetivo primordial de la educación es la formación integral del ser humano para su mejoramiento tanto propio como de la sociedad a la que pertenece. "Puede afirmarse, entonces, que existe una estrecha relación entre calidad y educación, ya que la calidad se logra, se mejora y se asegura con educación, y la educación sin calidad no contribuye a lograr el nivel de satisfacción que los individuos de una sociedad tienen derecho a anhelar. La calidad, igual que la educación, no es un fin en sí misma, sino un medio para asegurar el bienestar de todos por el bienhacer de cada uno".(Moya Segura).
En este trabajo nos referiremos a la docencia y cómo ésta influye en la calidad. Todos sabemos que la docencia no es un actividad sencilla en la forma tradicional, menos lo es en una modalidad que nos distancia de nuestros alumnos, "el reto que nos impone la sociedad del conocimiento como educadores de la contemporaneidad es el de lograr que nuestros estudiantes aprendan a construir su propio destino, como personas y como ciudadanos" (Hurtado, 2000), que asuman que tienen el rol protagónico en el proceso de enseñanza-aprendizaje y que el profesor no es más que un orientador que los guiará en el camino del autoaprendizaje, en el cual ellos son los primeros responsables.


"Es obvio inferir, entonces, como docentes contemporáneos, que hemos de asumir el reto de prepararnos para formar individuos aptos para la búsqueda, valoración, selección, estructuración, almacenamiento y aplicación de la información, cualquiera sea la forma como esta se presente (audiovisual, auditiva, visual, multimedia) y donde quiera que se encuentre; ello se traduce en una apertura a la posibilidad de cuestionar, evaluar, tomar decisiones acertadas y, a la vez, consensuar, bajo los principios de tolerancia, cooperación y solidaridad" (Hurtado, 2000).


Para aclarar esta situación, veamos una comparación entre la educación presencial y a distancia:
La educación presencial "in situ", es la que ha prevalecido por años y que con algunos cambios continúa actualmente, en ella la imagen del docente continúa siendo la misma, y a pesar de los auges de las distintas teorías educativas, en la práctica, sigue siendo la misma desde la época de la modernidad hasta nuestros días.

En el presente trabajo, no se trata de establecer una dicotomía, sino de determinar que los paradigmas presenciales en que han sido educados los docentes de estas carreras y la dificultad para adaptarse para nuevos modelos, les impide organizar, evaluar y reformular las estrategias en EaD, volviendo sus miradas y sus aspiraciones a regresar a los parámetros presenciales ante las menores dificultades, a las cuales consideran más "adecuadas", a esto se agrega la falta de preparación de materiales y conocimientos que hacen a esta modalidad.

En nuestro caso, de ninguna manera pretendemos desarrollar el presente trabajo diciendo que una modalidad es mejor que la otra, pues nuestro único propósito es tan solo presentar la modalidad adoptada (BL) y las características que deben presentar los docentes para lograr una educación de calidad.

Un aspecto de entrada que hay que subrayar es que cada modalidad (cara a cara o a distancia en línea) tiene sus aplicaciones específicas, así como también algunos aspectos en que coinciden. Por ejemplo, en esto último, diremos que en ambas el objetivo es la formación de los individuos con necesidades educativas. Ambas son estrategias de educación con aplicaciones concretas. Ambas modalidades se sustentan en: los estudiantes, el docente, la administración educativa y los materiales de enseñanza. (Roquet García)

Analicemos dentro de la modalidad "Blended learning" como la llevan a cabo en general los docentes, en los encuentros presenciales, básicamente se observa que desarrollan clases expositivas, es decir son profesores expositores, que controlan totalmente la situación del proceso educativo en todo su grupo de estudiantes.

En cuanto a los alumnos, los docentes se justifican, señalando que son un tanto receptivos, pasivos y sobre todo dependientes. En cuanto a la evaluación que realizan los docentes se lleva a cabo por medio del formato papel, brindando instrucciones y correcciones.

Ante esta "pintura" de lo realizado por los docentes, los estudiantes manifiestan que por una parte las clases presenciales no les son útiles, porque los profesores no llevan a cabo una clase de tutoría, sino que se limitan a exponer, además el hecho de hacerlas obligatorias atenta contra la autonomía que necesitan por sus horarios de trabajo y por su distancia geográfica y, en general se muestran descontentos con estas cátedras.

Por lo señalado, se pueden identificar interrogantes presentados por Fainholc (1999), que en síntesis presentan los siguientes, en relación con los docentes:

¿Se identifican los tutores con su rol de facilitador no convencional?
¿Les interesa profundizar su formación en esta área…?¿Desarrollan aptitudes para desempeñarse en acciones tutoriales diferentes…?
¿Qué estrategias ponen en práctica para poder en una tutoría (cualquier tipo que sea) evacuar dudas, corregir actividades, orientar bibliografías, estimular estrategias de pensamiento del estudiante?
(…)
¿Hacen uso de medios y estrategias no convencionales acordes con la propuesta? ¿En qué medida la actitud de los estudiantes lo facilitan o no?

Una vez definida que la modalidad llevada a cabo es la que combina la presencialidad con la distancia, sostenemos que para que ella sea efectiva y de calidad es necesario un profesor "distinto" al tradicional, al que se denomina "tutor, orientador, instructor, asesor, pedagogo a distancia, etc, en definitiva, es el que se encarga de orientar a los alumnos, a los efectos de lograr los objetivos propuestos. Su rol es fundamental, ya que de él no depende solo el aprendizaje, sino también la permanencia o deserción de los alumnos, así como también debe ser un profesor que en los encuentros presenciales utilice estrategias adecuadas e innovadoras.
En términos generales, se considera que el papel de los orientadores es actuar como facilitadores del aprendizaje, acompañando, asesorando, informando, elaborando estrategias para el trabajo de los alumnos y orientando en el uso de los materiales; su objetivo principal es lograr que los alumnos se conviertan en autogestores de su propio aprendizaje.
El desafío para los docentes tutores es cuidarse en no fortalecer vínculos de dependencia desde sus alumnos que atenten contra el autoaprendizaje autónomo, además, todo docente dentro de esta modalidad, debe encontrar formas de acceder y representar conocimientos, desarrollar estrategias para la efectiva comunicación y desarrollar (estrategias) eficaces para comunicarlos.
La importancia del tutor es un elemento clave en la gestión de un sistema de formación, por lo tanto señalamos el concepto de tutor según la Dra. María Malbrán: "La tutoría es un recurso utilizado largamente en la historia de la educación, concebida como el arte de extraer lo que está en la mente del estudiante y ayudarle a concretar lo que es en potencia y como tutela a través de un maestro privado o particular." (Malbrán, 2009)
El tutor es, por sobre todo, un docente, con las tareas y capacidades propias del rol. En algunos casos se lo ve como un instructor que si bien se encuentra familiarizado con los contenidos, no es un experto en ellos y sólo guía el aprendizaje a través de un texto instructivo.
Pero esto no es todo, un aspecto muy importante que debe tenerse en cuenta en esta modalidad, es la capacidad del docente tutor para tratar con sus alumnos, ya que al combinar la comunicación directa "cara a cara", con las tutorías a distancia, el trato es mucho más individual y personal que en una clase tradicional; el alumno en la "soledad" de su aprendizaje, frente a su computadora, es capaz de manifestar sus problemas y sus dificultades, mucho mejor que si lo hiciera en una clase tradicional, donde por vergüenza no se anima a plantear diversas cuestiones. Regresando al rol de los tutores de esta modalidad, como el trato es más personal, puede prestar más atención a las características particulares de cada alumno que en una clase presencial, en la que a veces no se conoce a todos los estudiantes. La modalidad a distancia y en especial la BL, exige que el orientador conozca a la perfección a cada uno de sus alumnos, sepa sus necesidades, sus limitaciones, y capacidades.

"Una de las grandes dificultades que han enfrentado los sistemas abiertos o a distancia es el hecho de que la mayoría de los docentes que se desempeñan como asesores dentro de ellos fueron alumnos de sistemas tradicionales y no han recibido ninguna capacitación ni formación que los habilite para desenvolverse en sistemas alternos; por lo tanto, no comprenden su significado, su filosofía, sus estrategias y difícilmente creen en ellos" (Galindo Rodríguez, 2001).

Mientras que en la enseñanza tradicional la función de los docentes es básicamente la información, en los sistemas a distancia, como es el BL, su función es la de guía, de orientación, de retroalimentación y de motivación. El gran desafío que se le presenta es abandonar la pasividad y suplirla por la personalización, por lo cual es necesaria priorizar la comunicación.
La función del educador, por lo tanto, en sistemas de calidad, da sentido a toda la tarea educativa, y tiene lugar cuando el educador es capaz de establecer un proceso de comunicación rico y efectivo. En los modelos tradicionales, esta función se encuentra claramente definida, la figura del docente se encuentra bien delimitada, así como también los demás elementos que intervienen en el proceso de enseñanza aprendizaje.
En cuanto al modelo BL, el docente no preparado, se desestabiliza, se cuestiona si el nuevo entorno es el más apropiado, si se efectúa una adecuada comunicación con los estudiantes. La respuesta se encuentra en señalar que la educación a distancia no es una contraposición a otras formas de enseñanza, su planificación, sus objetivos son claramente educativos. En este proceso el papel del docente es absolutamente necesario, ya que es el encargado de dirigir la acción a través de distintos canales síncronos y asíncronos.

"Sin duda, una de las claves de la calidad de la educación a distancia reside en la capacidad de los profesionales de la educación para lograr, a través de todas las posibilidades que nos están brindando las nuevas tecnologías, esa auténtica comunicación educativa que (…) ya no podrá estar dirigida a la transmisión de conocimientos y de informaciones, sino a desarrollar la capacidad de producirlos y de utilizarlos" (Tedesco, 1998).

Por lo expuesto, la función del docente por la modalidad BL es múltiple y mucho más compleja que la de un docente presencial. Se puede sintetizar, siguiendo a Castillo Arredondo (1995) a Cataldo-Alén (2000) y a Herrera Sánchez (2001), de la siguiente forma:

Función didáctica: es la más importante, en esta modalidad el alumno es el centro de la acción didáctica. Todos los elementos del proceso se encuentran destinados a facilitar el aprendizaje, por lo tanto los planteamientos deben ser claros y eficaces, organizados en situaciones de aprendizaje que permitan facilitar y seguir la evolución del alumno. También es necesario que el docente facilite la comunicación bidireccional respondiendo constantemente y en el menor tiempo posible a las consultas y requerimientos de los alumnos.

Función orientadora: en este papel el docente tutor interviene directamente con los alumnos. Debe asesorarlo en el proceso de capacitación, recomendando el recorrido más conveniente; las actividades optativas que a cada uno le conviene realizar, aclarar las dudas que pudieran surgir, interesarse por los problemas personales que puedan incidir en el aprendizaje, detectar las necesidades de cada alumno y fundamentalmente orientarlos para que tomen conciencia y reflexionen sobre los esfuerzos y ventajas de la modalidad para poder encarar un proceso de autoaprendizaje. En definitiva, debe lograr que el alumno se interese y se comprometa con el sistema, a fin de evitar la deserción.

Función evaluadora: debe realizarse en forma constante. No alcanza con una evaluación final, sino que se debe evaluar constantemente al alumno, es conveniente que el docente les comente cada evaluación, explique y analice los errores cometidos y sea flexible cuando percibe problemas. La simple corrección no alcanza, también debe evaluar el sistema al que pertenece, fallas en el funcionamiento, los contenidos o la didáctica de los cursos.

Función investigadora: el profesor debe ser un investigador, no solamente en su especialidad sino en los propios procesos que desarrolla en las tutorías, por lo tanto es importante que revise los comportamientos didácticos, estudie situaciones y estrategias, averigüe las dificultades de los alumnos, etc. lo cual implica llevar registros de datos, archivos, estadísticas, balance de resultados y todo lo que pueda colaborar en la tarea.

Función administrativa: esta función también es inherente al profesor ya que forma parte del proceso didáctico y debe cooperar activamente en la administración del sistema.

En síntesis, tomando las "competencias esenciales" según Jennifer O¨Rourke, miembro del equipo de The Commonwealth Learning", el educador BL debe poseer:

  • Liderazgo.
  • Habilidades administrativas.
  • Capacidad de diseño y enseñanza de cursos.
  • Capacidad de tutoría.
  • Coordinación logística.
  • Capacidad de investigación y evaluación.

Analizaremos a las principales de ellas:

  • Liderazgo: se basa en el ejercicio de poder reconocido por el grupo que orienta a sus miembros, al logro de fines específicos y metas, en una actividad determinada. El liderazgo es un elemento importante ya que constituye una innovación en la sociedad.
  • Habilidades administrativas: corresponde llevar al día el trabajo burocrático, los protocolos del estudiante, los distintos registros necesarios. También señalar a los alumnos el período de pre inscripción, las ofertas académicas, fechas de examen es, novedades, etc.
  • Capacidad de diseño y enseñanza de cursos: lo cual involucra la redacción de materiales de calidad. La revisión, reformulación y actualización de los contenidos, la mejora en la forma de presentación. Lo ideal sería la colaboración intrainstitucional, pero en el caso de no contarla es el tutor el que tiene que poseer la capacidad necesaria para realizarlo.
  • Capacidad de tutoría: es aquí donde colocamos nuestro acento, y nos explayaremos. Los sistemas tradicionales han exagerado la necesidad de presencia del docente, cuando, como es nuestro caso, por tratarse de alumnos mayores de edad y con una rica experiencia, pueden llevar a cabo su aprendizaje en forma autónoma e independiente.


Al respecto, distinguimos, según Holmberg (1985), ventajas que supondrían estas sesiones:

"Mejorar las capacidades verbales a través de la comunicación en el aula, tanto vertical como horizontalmente. Promover el desarrollo de habilidades psicomotoras mediante las prácticas de laboratorio o ejercicios similares. Facilitar la comprensión del proceso de comunicación y de la conducta humana. Motivar el desarrollar de actitudes y hábitos positivos hacia el estudio.
Propiciar la estimulación mutua entre los propios estudiantes del grupo. Estimular el trabajo en equipo en aquellas materias que se presten a ello".

Holmberg, también señala que si los materiales se encuentran bien elaborados como instrumentos de autoaprendizaje, la acción de tutoría es menos necesaria, y solo podría limitarse a orientar y ayudar al aprendizaje.

"De esta manera, el modelo de tutoría debería estar condicionado por la calidad del material de estudio. Si es de alta calidad y realmente preparado para la autoinstrucción el tutor puede centrarse en tareas orientadoras, dado que la enseñanza efectiva debe realizarse fundamentalmente mediante los materiales y la comunicación no directa".


Para ampliar más, señalamos que la figura del tutor últimamente ha evolucionando, por lo cual nos dedicaremos a especificar más sus atributos.
Para ello nos guiaremos por las conclusiones de Ramsden, Newbl y Cannon, si bien acotaremos con nuestra propia producciones:
Durante 1991 y 1992 estos investigadores llegan a varias conclusiones y finalmente señalan las características que ha de reunir un tutor y que son las siguientes:

1) Deseo de compartir con los estudiantes el entusiasmo que siente por su asignatura.
Es importante explicarle a los alumnos la experiencia previa en educación a distancia y las expectativas al respecto.
Por lo tanto, es positivo colocar la fotografía, indicar estudios, preferencias, cómo se encuentra constituida la familia, etc. Es decir, contar con una página personal, sencilla, elaborada con un lenguaje coloquial, con lo cual el alumno se sienta cómodo.

2) Facilidad para comunicarse con los estudiantes poniéndose a su mismo nivel.
Es interesante, previo al comienzo de la tutoría, preparar un pequeño cuestionario, a los efectos de presentación de los alumnos.
Preparar una página de presentación muy visual y sencilla a la que cualquier estudiante pueda tener acceso sin que la lengua signifique una dificultad.

3) Capacidad para explicar los contenidos de manera sencilla .
Se pueden plantear pequeños foros de discusión en los que todos (estudiantes y tutor) puedan ponerse en contacto para solucionar las dificultades que vayan surgiendo.
A lo cual se agrega un acceso directo al correo electrónico del tutor, por cualquier consulta.

4) Demostrar que todos los estudiantes son importantes y que se los respeta.
Cada semana o cada quince días se puede remitir una postal virtual a cada uno, o cuando las circunstancias lo ameriten: fechas importantes, cumpleaños. Esto no requiere de mucho tiempo y siempre es muy bien venido, sobre todo en esta modalidad; los alumnos se sentirán acompañados e importantes. También es positivo dirigirse a ellos por sus nombres.

Es indudable que la calidad del sistema dependerá de la capacidad del docente tutor y fundamentalmente de su relación con la capacidad del profesor tutor y de su relación con cada alumno.
Garcia Aretio, ( 2001), por su parte señala entre otros elementos, las siguientes tareas de un educador a distancia, que adecuaremos a la BL:

  • Se les puede solicitar un alto grado de especialización en la planificación y diseño de programas, cursos y materias en EaD.
  • Expertos en la disciplina, en este caso separaríamos a los profesionales que dominan la materia, de los tutores.
  • Pedagogos con competencia en nuevas tecnologías y preparación en el enfoque pedagógico que debe brindarse a los contenidos para que sean útiles para el aprendizaje a distancia.
  • Distinguir entre tutores, especialistas, orientadores, animadores y técnicos en la producción de materiales, mediadores, diseñadores, expertos en comunicación, etc.
  • Evaluadores que pueden coincidir o no con los tutores.

De lo expuesto se deduce que la educación a distancia (BL) exige conocer y dominar muchos campos, trabajar en equipo con varios especialistas, por lo cual las nuevas funciones y el cambio de rol exigen una profesionalización distinta a la tradicional.

Veamos otras acciones del tutor ideal, que lo diferencian del docente presencial:


a) como primer paso debe conocer a sus alumnos, por lo cual es recomendable que lleve una ficha de seguimiento de los mismos, en la cual se podrán consignar; aula, código de usuario, nombre y apellido, edad, sexo, estudios, profesión, conocimiento previos del curso, situación laboral, expectativas, intereses y observaciones. Así como también el conocimiento del uso de Internet y el acceso al mismo.
b) Seguimiento individualizado del alumno: además en la ficha que ya se ha señalado se podrán anotar todos los detalles significativos de la evolución del aprendizaje.
c) Formación de grupos de alumnos: como paso previo para las propuestas de actividades grupales.
d) Orientación y apoyo del proceso de aprendizaje: se debe considerar que generalmente los alumnos de educación a distancia son adultos, por lo cual tienen conocimientos previos que habrá que capitalizar. En cuanto a las orientaciones a realizar en una primera instancia es positivo presentar la planificación del curso, los horarios, sistemas de trabajo, etc. Para lo cual el tutor debe conocer los materiales y los conocimientos previos del alumno. Dentro de las formas de orientación y apoyo, algunas son de carácter individual, y otras grupales.

Entre las primeras se pueden señalar:

  • recomendaciones de bibliografía que complete los contenidos del curso.
  • Información sobre recursos informáticos.
  • Propuestas de actividades sobre el tema a recuperar.
  • Actualización de los materiales.

Entre las grupales se pueden señalar:

  • creación de foros de debates.
  • Organización de trabajos en grupos.
  • Propuesta de intercambio de información entre los alumnos.


Evaluación:
puede tratarse desde dos perspectivas:
Autoevaluación y heteroevaluación, la primera controlada por el alumno, y la segunda por el tutor.
El tutor debe tener en cuenta tres aspectos de la evaluación:

a) inicial: al empezar el curso los docentes deben informarse del nivel de conocimientos de sus alumnos, para ello no es necesario la realización de una prueba, sino la formulación de una serie de preguntas que sirvan de indicio en planteos como los siguientes: ¿por qué se ha inscripto en el curso? ¿cuáles son sus expectativas? ¿qué contenidos son los que más le interesa? Con estas y otras respuestas el tutor elaborará un informe.

b) Continua: es el seguimiento a través de la valoración de las tareas propuestas. El tutor podrá organizar actividades complementarias, evaluaciones al finalizar cada bloque, comentario de aciertos y errores, orientación, registro de resultados, felicitaciones a los alumnos por sus aciertos y animarlos a seguir cuando hay errores.

c) Final: en algunos casos esta prueba se realiza en forma presencial.


Volviendo a la forma de dirigirse a los alumnos, la principal es el correo electrónico, mediante el cual el tutor consigue una relación individualizada, es decir que cada alumno tiene la seguridad de que el docente se refiere en particular a él y no a toda la clase. Para conseguirlo es aconsejable que :

  • El docente se presente en la primera clase ofreciendo su colaboración, dando la bienvenida al alumno, alentándolo y motivándolo para que realmente se involucre en su aprendizaje.
  • Se dirige a la persona por su nombre.
  • Cuando se trata de la respuesta a una consulta es muy efectivo aludir a fragmentos del mensaje, utilizando la opción: responder.
  • Para distinguir los alumnos es conveniente abrir a cada uno su ficha individualizada en la que constarán las fechas de conexión, mensaje concreto, resumen del contenido del mismo.
  • Cuando se envíen ficheros, cuyo contenido es igual para todos, asociarlo a un mensaje personalizado.
  • Se asegure que los alumnos trabajen al ritmo adecuado,
  • Facilite la conformación de grupos de aprendizaje y siga los trabajos de sus alumnos.
  • Se encuentre siempre alerta, brindando consejos, alentando, brindando apoyo técnico y felicitando cuando corresponda.

Comenzaremos por ampliar en general, algunos de los elementos señalados:

El docente se presente en la primera clase ofreciendo su colaboración, dando la bienvenida al alumno, alentándolo y motivándolo para que realmente se involucre en su aprendizaje:

Para muchos alumnos quizás éste sea la primera experiencia en enseñanza BL, por lo cual pueden presentar dudas, reservas, escasos conocimientos para manejarse por medio de la computadora, con lo cual incluimos el envío de material. Ante esto, se impone animar a los alumnos antes de comenzar el curso, pudiendo también remitirles un instructivo sobre como manejarse mediante esta tecnología. Es importante pedirles a los alumnos que se comuniquen con la docente, remitiéndoles su mail; a vuelta de correo, se le podrán enviar un mensaje personal y cordial que los haga tener confianza, les hablará del curso, de cómo se estructurará el curso y tratando de adelantarse a posibles inconvenientes. Esperará la respuesta y de no obtenerla el docente se pondrá en contacto por otros medios, como teléfono. Todo o cual se combinará con la presencialidad.

Para finalizar, señalamos que si bien la calidad es un servicio que se les brinda en este caso a los alumnos, se debe ajustar a un propósito, y debe ser su objetivo fundamental., en este caso para lograrlo los docentes deben prepararse adecuadamente en el sistema de educación a distancia y en las clases presenciales para que éstas últimas no se transformen en una réplica de una clase tradicional, sino en una verdadera instancia de tutoría que prepare a los alumnos a lograr su autonomía.


BIBLIOGRAFÍA


Castillo Arredondo, Santiago (1995), "La necesaria formación específica del profesor tutor", en Revista Iberoamericana de Educación Superior a Distancia, Madrid, vol. VII, nº 2.

Fainholc, Beatriz (2000), "hacia la sociedad digital. La educación de la anticipación y la autonomía", en Congreso Docente de Catamarca, Catamarca, septiembre de 2000.

_______________ (2004), La calidad en la Educación a Distancia continúa siendo un tema muy complejo, Buenos Aires, Educar.

García Aretio, Lorenzo, (1994), Ecuación a distancia hoy, Madrid, UNED.
Grunewald, Luis Alberto,(2003), La educación virtual: reposicionamiento del sistema de educación a distancia a partir de las nuevas tecnologías de la comunicación.

Moya Segura, José Alberto, Calidad y educación, s/d.

Padula Perkins, Jorge (2005), Condiciones de educabilidad para el acceso a la Educación a Distancia, Publireedi.

Tedesco, Juan Carlos (2000), "La educación y las nuevas tecnologías de la información", en IV Jornadas de Educación a Distancia MERCOSUR 2000, Buenos Aires, USaL.

 

 

Breve Currículum:
Fernanda Gabriela Belmont:

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Licenciada en Tecnología Industrial de los Alimentos. Profesora en Química.
Licenciada en Educación con orientación en Enseñanza de la Matemática, en Gestión de las Instituciones y en Evaluación de Proyectos, programas e Instituciones (UVQ)
Diplomada Superior en Currículum y Prácticas escolares. (FLACSO)
Profesora en nivel terciario y universitario.
Diplomada en enseñanza de las Ciencias (FLACSO)
Doctoranda en Educación.


Marta Alicia Ferradás

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Profesora en Castellano, Literatura e Historia.
Licenciada en Educación con orientación en Enseñanza de la Lengua y la Literatura. (UVQ)
Diplomada y Especialista en Gestión de las Instituciones (FLACSO)
Diplomada y Especialista en Lectura, Escritura y Educación (FLACSO)
Docente universitaria.
Doctoranda en Educación.