La construcción de las identidades profesionales a través de la educación superior PDF Print E-mail
Rev. Cognición nº 9 - Artículos de Difusión

La construcción de las identidades profesionales a través de la educación superior.

José Antonio Ávila Quevedo[1] This e-mail address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it
y Jorge Cortés Montalvo[2] This e-mail address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it
Universidad Autónoma de Chihuahua, México

Resumen: Se revisan algunos elementos que participan en la construcción y evolución de las identidades profesionales a través del proceso de formación universitaria, desde la óptica de diversas posturas de la sociología de la educación, de su significación tradicional tamizada por el imaginario social, donde se manifiesta la representación individual y grupal de la profesión y considerando las políticas públicas derivadas de recomendaciones de organismos internacionales que influyen en dicha construcción y en la redefinición emergente de la identidad profesional.

Palabras clave: Identidad profesional, Políticas Educativas, Sociología de la Educación, Educación Superior

Abstract: Certain elements involved in the construction and evolution of professional identities acquired through the university studies process are reviewed - utilizing perspectives borrowed from several educational sociology positions, as well as from the identities’ traditional significance colored by social imagination -, whereby both the individual representation and the professional group are manifested, and the public policies derived from recommendations by pertinent international organizations which influence such construction and emerging redefinitions of professional identity are considered.

Keywords: Professional identity, Educational policies, Sociology of education, Higher education

La construcción de las identidades profesionales a través de la educación superior.

José Antonio Ávila Quevedo[1] This e-mail address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it
y Jorge Cortés Montalvo[2] This e-mail address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it
Universidad Autónoma de Chihuahua, México

Confundido por creencias de religiones y ciencias
aturdido por el ruido, en su interior, bien perdido
tan sólo un disco rayado a un volumen muy histérico
sin saber para que lado como un perro
como un perro en el periférico
sólo era una representación
tan sólo un acto de teatro.
una simple asimilación
de aquel tiempo y ese espacio
(Rodrigo González)

Introducción.

Toda persona que ostenta un título universitario y se desempeña en una profesión determinada, comparte con sus pares el conocimiento y la identificación de indicadores acerca de sus habilidades comunes en el ejercicio de la profesión, competencias profesionales, estatus relativo frente al grupo de referencia y elementos de diferenciación respecto a otras profesiones y oficios, es decir, adquiere durante su formación, una identidad profesional.

En este breve artículo y en clave de ensayo, se realiza un análisis del concepto de identidad profesional y la forma como se constituye a través de la formación académica en la educación superior.

Para fines de este documento, se parte de la conceptualización de lo que es identidad profesional y su proceso de formación. El examen teórico que se llevó a cabo permite una exposición de los modelos existentes en la sociología de la educación, la relación entre los actores al interior de las IES (Instituciones de Educación superior) y la constitución de los elementos que facilitan la comprensión de los factores que intervienen en la construcción de las identidades profesionales en el contexto del sistema educativo mexicano

Por ultimo se realiza un examen de cómo se establecen líneas de formación de la identidad que vienen a conformar la función social de la educación superior, basándose en ciertas políticas que se estructuran en el contexto mexicano, a partir de recomendaciones que provienen de requerimientos nacionales e internacionales.

Conceptualización de identidad profesional.

Concepto de identidad.

El significado de la identidad social se entiende ligado al concepto que plantea Tajfel (1984), en el cual traza el carácter de esta idea como parte de la identidad total e individual, y remite a la pertenencia a un grupo, o a varios. Hay que tomar en cuenta que esta pertenencia se da por medio de las representaciones que de si mismo hace el individuo, como parte del grupo, entrecruzado con la identificación que hace la sociedad de él como miembro del mismo

Así, es posible definir a la identidad social como el sentido de pertenencia a cada uno de los diversos grupos de los cuales se es miembro, que se da a través de la representación que el individuo tiene de ellos sobre la base de elementos distintivos característicos del grupo, lo que conlleva a que esta representación tenga signos de identificación común en todos los miembros del grupo, y que permite a los integrantes de este crear una serie de lazos valorativos y emocionales con cada grupo.

Por esto, la idea de identidad social es útil para analizar la identidad profesional, ya que implica una representación por parte del individuo, pero también la imagen que se crea en el contexto social del puesto o estatus de este.

Identidad profesional

Se entiende para fines de este articulo como identidad profesional, aquella representación que se crea alrededor de un campo especifico de labor el cual se reconoce en la sociedad, y entre un grupo de individuos que se identifican como miembros del mismo, cuya característica es compartir dicha representación social de la profesión y su sentido de pertenencia.

Así, se advierte que en la identidad profesional intervienen varios elementos que es necesario tener en cuenta:

  1. La identidad profesional implica el sentido de pertenencia a cierto grupo, esto es, se identifica el individuo a si mismo como profesionista en un campo de actuación disciplinaria o, en otras palabras, con un alto nivel de habilitación en un oficio con respaldo y reconocimiento institucional, en el cual existen otros individuos que comparten, o compartieron, la profesión.
  2. El reconocimiento social es indispensable, ya que supone que en el imaginario social existe una idea clara y definida de lo que implica pertenecer a esa profesión, aunque puede darse el caso que no sea del todo compartida con la realidad, y con lo que realizan los profesionistas específicos.

Proceso de conformación de identidades

Pero, ¿Cómo se constituye esta identidad profesional?, dado el caso que se revisa corresponde analizar los elementos para la conformación de esta identidad a través de la escolarización en instituciones de educación superior, sin negar importancia a los procesos desarrollados de manera previa, pero haciendo hincapié en el análisis de los procesos escolares.

De esta manera, se considera que en el proceso de escolarización se generan una serie de experiencias[3], de tal forma que permite construir una representación de la profesión, y de la identificación con el grupo, personificado por un lado por los compañeros, que de una u otra manera tienen características similares e intereses comunes, y por la otra por maestros que figuran en gran mayoría como el mas cercano l prototipo del profesional que se desea ser.

Así, el proceso de construcción de la identidad profesional se da a través de las interacciones entre tres elementos que confluyen:

  1. Los actores en el proceso educativo: Esto corresponde El rol principal a los estudiantes que están en proceso de formación y a los docentes que reinterpretan los planteamientos curriculares desde su propia subjetividad.
  2. La institución en la cual se produce la educación profesional, la que proporciona cierto clima organizacional y cierta cultura institucional que influye en el proceso de formación.
  3. El medio social, en el cual están inmersos actores e institución, delimita un contexto que va a influir en el proceso de construcción de su identidad, en este se encuentran al menos dos elementos: el medio inmediato y el entorno global, este último se genera en el más amplio ámbito de representación comparativa, esto es, pertenencia a la propia profesión y diferenciación de otras.

Elementos socioeducativos que intervienen en la construcción de identidades.

Teorías sociales acerca de la educación.

Se parte de un breve análisis de las principales teorías acerca del papel social de la educación, para después examinar como pueden influir los elementos socioculturales en la constitución de las identidades profesionales:

Visión Funcionalista: Durkheim asigna al término educación su connotación más amplia y la construye cono un fenómeno social, que aunque no tiene un carácter natural, es un fenómeno real, con un modo de ser que depende de la arbitrariedad individual (Durkheim, 1976).

En esta construcción la educación es visualizada como funcional al sistema, y concebida bajo tres dimensiones: como acción, proceso e institución.

  1. Acción: porque la educación obra en calidad de agente externo, transmisor de un código simbólico que existe independiente del individuo, imponiéndose sobre él
  2. Proceso: porque la acción ejercida es transformadora, permanente y continua.
  3. Institución: porque las acciones se sistematizan en un conjunto de disposiciones, métodos, etc., definidos y establecidos, materializándose en el sistema educativo en cuyo interior se reflejan, en forma reducida, los rasgos principales del cuerpo social.

Así, en el modelo funcionalista se plantea a la educación como un proceso de socialización, por medio del cual las generaciones adultas trasmiten su cultura a las nuevas generaciones, con lo cual convierte al sujeto en un ser social y moral.

Por lo tanto, la escuela es el lugar donde se puede constituir el individuo en miembro de una sociedad, de tal forma que se maneje de manera adecuada a los requerimientos de esa sociedad (Smith-Martins, 2000).

Visión Estructural funcionalista: Parsons (1985), y los autores de esta corriente, manejan que la educación es la forma que se puede dar la transformación del status social, por medio de esta se puede cambiar y subir en la escala social, o decaer en esta, esto depende del esfuerzo que se le aplique a los procesos educativos.

Esta postura observa que la educación funge como un sistema de estratificación social, ya que además del papel de socialización contemplado en el funcionalismo, se plantea el carácter estratificante del proceso educativo, debido a las relaciones que establezca el individuo durante su proceso educativo; si se identifica con los maestros, esto es, con los representantes de las generaciones adultas, tendrán buen estatus en la sociedad adulta, mientras que quienes se identifican con sus iguales tendrán estatus inferiores.

En este sentido se advierte que la educación es un factor de movilidad social, y por lo tanto la escuela efectúa un doble papel: Por un lado crea las condiciones básicas en el individuo para que se pueda convertir en un ciudadano de una sociedad determinada, y por otro, pone a disposición de todos los sujetos las herramientas necesarias para su desarrollo social.

Visión Reproduccionista: para esta interpretación, la educación es un proceso de reproducción social, donde se impone la ideología dominante, lo cual permite que las clases dominantes puedan mantener su hegemonía.

En este caso, se plantea que la educación reproduce el estatus quo de la sociedad, permitiendo que los grupos hegemónicos continúen en el poder, ya que se establece la construcción de una ideología que corresponde a los intereses de la clase dominante (Parsons 1985).

Para explicar esto, Bourdieu establece el concepto de violencia simbólica, que es la imposición de ciertos significados culturales para conformar los habitus, esto es, las construcciones que permiten relacionarse con la sociedad, los cuales se ven mediados a través de los antecedentes culturales, o capital cultural[4], de los actores (Bordieu,1981).

Dentro de la teoría de la reproducción, la escuela es un mecanismo hegemónico, en el cual se imponen las condicionantes culturales necesarias para el mantenimiento del status.

Visión de la Resistencia: para la teoría de la resistencia, la educación debe tener un carácter dialógico y liberador, donde se reconozcan las tensiones existentes, para así procurar lograr un proceso creativo e incluyente de las diversas posturas que se plantean.

El fin es lograr una sociedad democrática y participativa, donde predomine el dialogo y las posibilidades de formación de sujetos libres y plenos, concientes de su realidad.

El campo educativo, por lo tanto, es un espacio de choque entre las diversas visiones de la realidad, donde cada uno de los actores parte de una visión particular, y si bien se tratan de imponer las posturas de la clase hegemónica, estas se ven contestadas en el medio social.

Este modelo de escuela plantea que debe ser un foro abierto para la construcción de una nueva sociedad, a partir del dialogo que se genera del reconocimiento de la multiplicidad presente en la escuela, donde los planes deben ser incluyentes y abiertos a la diversidad, y por lo mismo dialogantes y tolerantes (Smith-Martins, 2000).

Teoría del Capital Humano: Aquí se plantea que la educación, aparte de atender a propósitos culturales, tiene un valor para la economía, ya que genera un servicio productivo, por lo tanto se le puede considerar como una forma de capital (Schulz, 1985).

De esta manera, se ve a los procesos de formación como una inversión, la cual será rentable, y generará riqueza, y por lo tanto es necesario formar cuadros adecuados en materia de producción de saberes que permitan el crecimiento económico, ya que este va a depender del conocimiento producido.

Para cerrar este apartado, se retoma el concepto de capital cultural, definido por Bourdieu, como la estructura cognitiva de los actores en tanto que marco de referencia, los saberes que posee cada actor y que le permiten visualizar desde cierta perspectiva la realidad; en cambio el mismo concepto de capital cultural, desde la óptica de la teoría que estamos refiriendo, tiene un uso de orden económico que permite al individuo “negociar” destrezas, habilidades y conocimientos para la obtención de beneficios, remuneraciones y estatus.

De esta manera, se ha visto que dentro de las diferentes interpretaciones sociales de la educación que se analizan, se plantean 3 posturas descriptivas; Funcionalista, Estructural Funcionalista y de la Reproducción y 2 prescriptivas; de la Resistencia y del Capital Humano, sin embargo en todas se señala la importancia que juega la educación en el medio social.

La educación como formación de identidades

En este apartado se toman en cuenta los factores que intervienen en la formación de las identidades, y los elementos teóricos de sociología de la educación, podemos señalar los siguientes factores en que los procesos socioeducativos influyen en la constitución de las identidades profesionales:

  1. La formación de identidades profesionales es un elemento fundamental para poder mantener el status quo de una sociedad, ya que se da dentro de la lógica de estratificación y reproducción de la misma
  2. Los alumnos parten de cierto capital cultural, el cual conforma su identidad individual, dicho “capital” funciona como mediador en el proceso de la construcción de la identidad profesional.
  3. Los alumnos que provienen de un ámbito familiar con tradición de profesionistas en el área en que se forman, pueden fácilmente encontrar y reconocer los signos de identidad de los referentes de la profesión, y por tanto, existe una mayor posibilidad y facilidad, de generar una identidad profesional.
  4. Los docentes parten también de cierto capital, por medio del cual interpretan los planes y programas, aquí hay que señalar que en gran medida los docentes en educación superior son profesionistas que comparten una identidad profesional, la cual proyectan sobre el currículo, generando cierta estabilidad sobre la identidad profesional.
  5. Por otra parte, se puede considerar a la educación superior como un campo de confluencia de intereses donde los conflictos se restringen conforme se avanza en el desarrollo del programa de estudio, debido al carácter de formación identitaria, esto es, donde los elementos culturales de choque se difuminan durante el proceso en el periodo de escolarización, debido a la asunción de la identidad.

Políticas educativas

Para comprender el papel que juegan las políticas educativas en el proceso de construcción de identidades es necesario distinguir dos niveles de análisis, por un lado las políticas globales que sirven de marco de referencia y son impulsadas por organismos internacionales, y por otro las políticas nacionales, que aún cuando conservan rasgos de tradición que sobreviven enraizadas en los fundamentos sobre los que ha descansado el funcionamiento de las instituciones de educación superior en nuestro país, tienden a insertarse en las políticas globales.

Se da inicio con la revisión del origen de las políticas globales, lo que va a delimitar la forma en que se establecen estas.

Se observa que están presentes dos fuentes que influyen en el contenido de las políticas, estas son el pensamiento neoliberal y por otro lado el planteamiento de la sociedad del conocimiento.

  1. Pensamiento neoliberal: Esta postura, que parte del pensamiento económico, y en específico de un proyecto capitalista, establece algunos elementos que es necesario tomar en cuenta para comprender los programas de formación profesional, y por lo mismo la formación de identidades.
    En este sentido, se encuentran algunas características particulares relacionadas con la formación de identidades que es necesario tomar en cuenta: Se plantea un modelo individualista, donde todo se convierte en mercancía, y existe un fuerte sentido de competencia, que se ve reflejada en los modelos educativos en forma de políticas específicas que influyen en la formación profesional (Villaseñor, 2004).
  2. Sociedad del conocimiento: Se plantea que el conocimiento es el capital requerido para producir riquezas.
    De esa manera se genera una nueva división de la producción de la riqueza a nivel internacional, donde existen países generadores de conocimiento, y por tanto generadores de riqueza, y por otro lado países reproductores, o dependientes, que no producen conocimiento relevante, y gran parte de la investigación se vuelve aplicada.

Por esto, se encuentra una diferencia fundamental en el tipo de profesionistas que se forman en ambos bloques, mientras para los países con una estructura de investigación fuerte y bien estructurada se hace una gran inversión en formación para ciencias básicas, en los países reproductores se le da preferencia a las disciplinas de implementación tecnológica y ciencias aplicadas (Villaseñor, 2004).

Al revisar las políticas que se implementan en México, se advierte que se ha dado un proceso de transformación de la educación superior pública, donde se generan una serie de lineamientos en el sentido marcado por las premisas descritas, en función a los cuales se rige el acceso a los recursos:

  1. Certificación y estandarización de las instituciones y los procesos.
  2. Transformación de los currículos a modelos por competencias.
  3. Eliminación virtual de la gratuidad, a través de esquemas de financiamiento.
  4. Gran apoyo a la educación técnica y tecnológica, de carácter operativo, dejando de lado el impulso a disciplinas en ciencias básicas y desarrollos tecnológicos propios.

De esta forma, se observa que la construcción de sujetos profesionales se plantea con un perfil que atiende más bien a las características de una economía emergente, esto es, para un país dependiente y se reducen las posibilidades de desarrollo dentro de una sociedad del conocimiento.

Conclusiones

Así, se concluye que en el proceso de construcción de identidades profesionales a través de la educación superior en nuestro medio se ve determinado por:

  1. Las políticas educativas, que señalan una serie de lineamientos acordes a los modelos neoliberales de sociedad, los cuales responden a la lógica de mercado que se ha impuesto en nuestro medio social.
    De esta manera se definen las características con las que el profesional será un individuo socializado, que responda a los requerimientos del medio social donde se inserta.
  2. Los antecedentes socioculturales de los actores, que median la forma como en la práctica se aplican los lineamientos generados a través de las políticas.
    En este punto es necesario señalar que esta mediación conlleva el hecho de que exista un doble movimiento, según las posibilidades y la asimilación del capital cultural que tengan, tanto alumnos como maestros, esto da lugar a que algunos estudiantes se identifiquen con la cultura dominante, y asuman sus roles, integrándose a las expectativas que se tiene de ellos; y por otra parte están los otros que rechazan las normas, valores y saberes de la cultura dominante, y tienden a quedar fuera de las oportunidades que se generan para el profesional del área estudiada.
    En razón a lo anterior, se ve que al fin de cuentas, los estudiantes que no logran asimilarse a la cultura dominante, enfrentarán conflictos e incertidumbre para asumir de forma plena la identidad que la sociedad construye sobre la profesión
  3. La cultura institucional de los centros de educación superior, como se puede ver en los procesos de formación de identidad profesional, están influidos por el medio social, pero también influyen en la conformación del mismo.
    El devenir social se ve reflejado en las instituciones de formación de profesionales, a través de los elementos que entran en juego, el medio y los actores que participan en este proceso En ese sentido se debe decir que las identidades profesionales están en un proceso dinámico, en el cual su conformación esta constantemente sujeta a transformaciones, aunque el impacto en el imaginario popular tiende a ser más estable.

Referencias:

Bordieu P. y Passeron J. C. (1981): La Reproducción, Elementos para una teoría del sistema de enseñanza, (trad. E.L. 2da. Edición) Editorial Laia

Durkheim, E. (1976): Educación como socialización, Salamanca: Ed. Sígueme.

Foucault M. (1998): Historia de la Sexualidad, El uso de los placeres, (trad. Martí Soler, 11 ed.) Madrid: Siglo XXI Editores.

Parsons, T. (1985) La clase como sistema social: algunas de sus funciones en la sociedad americana. en Alain Gras Textos fundamentales de sociología de la educación, (tercera ed. Pp. 53-60 ). Madrid, Ed. Narcea,.

Smith-Martins, M. (2000): Educación, socialización, política y cultura política. Algunas aproximaciones teóricas [Versión Electrónica]. PERFILES EDUCATIVOS. Vol. 22, No. 87: 85-101

Tajfel, H. (1984): Grupos humanos y categorías sociales: estudios de psicología social. (trad. de Carmen Huici) Barcelona: Editorial Herder,.

Villaseñor, García G. (2004): La Función social de la educación superior en México, lo que es y la que queremos que sea, (1era ed).México: UNAM.

Schulz, T. (1985), El Capital Humano. En M. De Ibarrola,: Las dimensiones sociales de la educación, ( pp. 69-76) México: SEP El Caballito.



[1] Doctorando del programa de Doctorado en Educación de la Facultad de Filosofía y Letras, UACH.

[2] Doctor en Ciencias de la Información,. Catedrático de la Facultad de Filosofía y Letras, UACH. CA-34

[3] Estas experiencias las podemos definir, siguiendo a Foucault (1998), como la correlación, dentro de una cultura, entre campos del saber, tipos de normatividad y formas de subjetividad.

[4] Hay que distinguir el concepto de capital cultural, que utiliza Bourdieu, el cual se refiere a la estructura cognitiva de los actores en tanto que marco de referencia, del significado que adquiere este mismo concepto en la teoría del capital humano, que tiene un uso mas apegado al marco económico del cual surge.