FORMACIÓN DEL DOCENTE-TUTOR EN LA EDUCACIÓN A DISTANCIA |
Revista Cognición 33 - Ponencias | |||||||
FORMACIÓN DEL DOCENTE-TUTOR DE LA EDUCACIÓN A DISTANCIA
RESUMEN En esta ponencia el autor sigue una estrategia deductiva para determinar algunas de las competencias básicas del docente-tutor de la educación a distancia. Para ello parte de una comparación de las modalidades convencional y a distancia lo que lo lleva a una caracterización de esta modalidad educativa, enfatizando sus dificultades, porque así lo requiere la estrategia. Una vez llegado aquí el autor propone un programa de formación básica del docente tutor que contiene tres grandes competencias, en las que se abarca lo fundamental de sus tareas. El objetivo, que se declara en el texto de la ponencia, es provocar la discusión, la reflexión, el diálogo, para llegar a algo mejor sobre la formación del docente-tutor que es un elemento fundamental para la continuidad del éxito y de la calidad de la educación a distancia.
Palabras claves: formación del docente-tutor, competencias del docente tutor, características de la educación a distancia, calidad de la educación a distancia, calidad de la gestión del docente-tutor.
Por tanto, la evaluación de la calidad de la educación superior tiene que incluir, como uno de sus componentes, o como su componente principal, el logro de esto, que puede considerarse el elemento clave de su Misión, aquel que le da su "razón de existir". La calidad de cualquier institución de educación superior, deberá evaluarse, en primer lugar, por el grado de competencia de los profesionales que forma. En consecuencia la calidad del profesor de la educación convencional y la del docente o tutor de la educación a distancia tiene un denominador común, a saber, su contribución a la formación de las competencias de los profesionales. Ambos, el profesor de las modalidades convencionales y el docente y/o tutor de la educación a distancia, tienen como responsabilidad esencial la formación de dichas competencias y, por tanto, la calidad de su gestión es, en buena medida, proporcional a su contribución al logro de dicho objetivo. Me voy a permitir una pequeña digresión que me parece oportuna. Tradicionalmente se ha creído que para ser profesor de la Educación Superior, basta con poseer el título de la carrera en cuyo cuadro docente él profesional va a participar. Durante años se ha creído que cualquier ingeniero puede enseñar ingeniería, que cualquier médico puede enseñar medicina, que cualquier psicólogo puede enseñar psicología y así para cualquier otra profesión. De este modo en las plantillas profesorales de las Universidades se han incluido y se siguen incluyendo como profesores, profesionales que no han recibido nunca ninguna formación especial sobre los problemas de la educación y la formación de profesionales. Esta práctica se basa en dos supuestos: uno, que un profesional puede enseñar simplemente reproduciendo la forma en que le enseñaron a él y otro, que los estudiantes universitarios son adultos y por tanto aprendices autónomos y eficientes que pueden lidiar por si solos con las dificultades del aprendizaje sin necesidad, o con muy poca necesidad, de apoyos didácticos. Aunque todavía esos supuestos subsisten son cada vez menos creíbles… las instituciones de educación superior, preocupadas por la calidad de los servicios que ofrecen, comprenden cada vez más y mejor, que ambos son falsos. Se puede ser un excelente profesional y, sin embargo, un pésimo profesor. No basta con haber transitado por las aulas y obtenido un título (incluso con suma o con magna cum laude) para ser capaz de formar a otros. Hace falta algo más para hacer una contribución de calidad a la formación de un profesional . Por otra parte, la vida ha demostrado que ser un estudiante eficiente no es, necesariamente, una condición ligada a la edad. Las altas tasas de fracaso académico y de deserción, así como el bajo aprovechamiento que obtiene una gran parte de los estudiantes de la educación superior muestran, bien a las claras, que un joven o un adulto no son, necesariamente, estudiantes eficientes capaces de apropiarse, sin ningún apoyo, de la cultura científico-técnico-profesional. Y considero que lo que acabo de decir es verdadero tanto para la educación convencional como para la educación a distancia. En el empeño por aumentar la calidad de la educación se hace cada vez más claro que todo profesor de la educación superior, convencional y/o a distancia debe poseer un conjunto de competencias entre las cuales cabe destacar las siguientes:
Sucede, sin embargo, que si bien hay un conjunto de competencias comunes a los profesores (o tutores) de la modalidad convencional y a distancia, el de ésta última debe poseer, además, un conjunto de habilidades, de capacidades, de técnicas, que son específicas, y que se derivan de las condiciones particulares de este tipo de educación. En fin, siendo ambos, docentes formadores de profesionales, lógicamente afrontan problemas comunes y por tanto deben recibir herramientas comunes para resolverlos pero, al mismo tiempo, las condiciones de trabajo diferentes de uno y de otro, así como las condiciones diferentes de los estudiantes para quienes trabajan unos y otros, determinan, lógicamente, diferencias en su formación. Diferencias que pudiéramos considerar como una especialización. El profesor de la educación superior convencional debe poseer algo próximo a una especialización (o "inicio de especialización") en dicha modalidad educativa y, por su parte, el profesor de la educación a distancia debe poseer también algo próximo a una especialización (o "inicio de especialización") en esta otra modalidad. ¡Claro, en ambos casos el término "especialización" puede resultar una exageración¡ En realidad no se le puede pedir a los profesores de ninguna de estas dos modalidades que se conviertan en especialistas en cada una de ellas. Esto requeriría un esfuerzo exagerado, innecesario. Luego, ¿qué es lo que resulta "necesario"? O lo que es lo mismo, ¿cuál es la formación básica, relevante y pertinente, que un docente debe poseer para colaborar exitosamente, con calidad, en la formación de profesionales? En lo que sigue voy a expresar algunos puntos de vista referidos, por supuesto, a esa formación, en el caso de los docentes y tutores de la educación a distancia. Características específicas de cualquier variante de la Educación a Distancia. La Educación a Distancia ofrece una serie de ventajas que son las que han determinado su crecimiento exponencial y su popularidad creciente. Desde aquel anuncio publicado en la Gaceta de Boston en 1728, en el que se ofrecía un material instructivo enviado por correos, pasando por el intento de Isaac Pitman en 1840 de organizar estudios por correspondencia, hasta el día de hoy mucho se ha desarrollado la educación a distancia, tanto por sus ventajas como por el complemento de las Nuevas Tecnologías de la Comunicación y la Información.
Para ello lo primero será llegar a alguna precisión sobre la definición (extensión e intención) de esta modalidad educativa. Hace unos años "educación a distancia" era la que se hacía mediante la entrega periódica y a través del correo postal de materiales impresos (todos recordamos nombres de instituciones pioneras en este campo), todavía hoy se sigue haciendo así en ciertos casos. Pero, con el correr de los años, la acumulación de experiencias y el desarrollo de la tecnología, esta modalidad educativa se ha diversificado. Hoy el concepto de educación a distancia cubre tanto esa forma de la que acabo de hablar como la
y además de estas que son diferencias determinadas por las variantes en el uso de los NTICs, hay otras variantes de esta modalidad basadas ya sea en las interacciones profesor alumno y alumno-alumno, como en la estructura curricular, citemos solo, a título de ejemplos:
ambas representadas en la oferta de la educación superior en República Dominicana. Luego si queremos formularnos una propuesta para la formación básica de cualquier profesor de la educación a distancia lo primero que tenemos que preguntarnos es ¿qué hay de común en todas ellas?, ¿qué problemas específicos, derivados de sus características, debe resolver un docente o tutor que quiere realizar su labor con calidad? y, en consecuencia, ¿qué habilidades o competencias profesorales debe poseer dicho docente o tutor? Comenzaré por decir que no pretendo agotar el tema, ni decir la última palabra, ni formular la solución perfecta e ideal de este problema. En realidad eso no se alcanza nunca y en ningún caso. No hay ningún tema en el que se haya dicho ya la última palabra, ni que haya sido resuelto para toda la eternidad. Solo pretendo provocar el diálogo para que de él, de la inteligencia, el entendimiento y la buena voluntad de todos, surja, no la última palabra, ni la solución perfecta y definitiva…sino una propuesta que sea efectiva y viable en nuestras actuales circunstancias. Una propuesta… ¿de qué? Evidentemente de formación básica de los docentes y tutores de la Educación a Distancia.
Como he dicho antes esto es sólo una provocación, una incitación a la discusión, al diálogo, a la reflexión. De ello debe salir algo mejor para todos. Gracias REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS He tomado algunas ideas y sugerencias de artículos encontrados mediante el rastreador Google bajo el rubro Formación de Profesores de la Educación a Distancia, en los cuales aparecen numerosas referencias de las que reproduzco las siguientes que se encuentran también en Internet: Baldwin, B.W. (1996) Conversations: Computer Mediated Dialogue, Multilogue and Learning. Ph.D. Dissertation, University of North Carolina at Greensboro. Disponible en: http://www.missouri.edu/~rhetnet/baldwin/ Bartolome, A. (1994). Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación para la Educación. Sevilla: Ediciones Alfar. pp. 40-46. Disponible en: http://tecnologiaedu.us.es/bibliovir/pdf/bartolo2.pdf Chomsky, Noam (1956), El maestro como intelectual, disponible en: http://www.contexto-educativo.com.ar/2004/1/editorial.htm Fernández Muñoz, R. (1997). La formación inicial y permanente del profesorado en la era de la información y las comunicaciones: Disponible en: http://www.civila.com/universidades/materiales.htm García Aretio, L. (2004). Ventajas de los sistemas digitales de enseñanza y aprendizaje. Boletín Educación a distancia BENED. UNED. España. Disponible en: http://www.uned.es/bened/p7-1-2004.html Gisbert, M. (2002). El nuevo rol del profesor en entornos tecnológicos. En Acción Pedagógica, Vol. 11, 1, 48-59, disponible en: http://www.saber.ula.ve/db/ssaber/Edocs/pubelectronicas/accionpedagogica/vol11num1/art5_v11n1.pdf Keenan, C. (1996). Building low-cost, high-powered writing communities. Disponible en : http://horizon.unc.edu/projects/monograph/ Llorente, M. C. Y Romero, R. (en prensa). El tutor virtual en los entornos de teleformación. Disponible en: http://edutec.rediris.es/Revelec2/revelec20/llorente.htm Taváres M. (2004). Perfil del Docente Latinoamericano: mito o realidad? Departamento de Televisión Educativa. República Dominicana Disponible en: Simard, J. (1997). The writing process in a multimedia environment Disponible en : http://horizon.unc.edu/projects/monograph/CD/Language_Music/Simard.as Starr, S. (1995). Teaching in a virtual classroom. Disponible en : http://www.njit.edu/njIT/Department/CCCC/VC/Papers/Teaching.html Wilson, J.M. (1997). Distance learning for continuous education. Disponible en: http://www.educause.edu/pub/er/reviewArticles/32212.html
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