Saturday, 20 April 2024

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LA REGLAMENTACIÓN DE LA CALIDAD: ASPECTOS INSTITUCIONALES PDF Print E-mail
Revista Cognición 13

Para citar este artículo

Juárez Jerez, H. (abril, 2008) La reglamentación de la calidad: aspectos institucionales. Revista Cognición Nº 13 ISSN 1850-1974 Edición Especial II CONGRESO CREAD ANDES y II ENCUENTRO VIRTUAL EDUCA UTPLoja, Ecuador

LA REGLAMENTACIÓN DE LA CALIDAD: ASPECTOS INSTITUCIONALES

 Hada G. Juárez Jerez de Perona

Universidad Nacional de Córdoba

ARGENTINA

La educación a distancia ha adoptado una identidad nueva al desarrollarse en entornos virtuales siendo los medios tecnológicos digitales informáticos y telemáticos su soporte. Incorporar esta modalidad en la universidad presencial tradicional, sin duda, constituye una innovación cuya difusión debe cumplimentar etapas en el tiempo, dado que el cambio cultural no es inmediato. Tales etapas pueden sintetizarse en: tomar conocimiento de la innovación, interesarse en ella, adoptarla, implementarla y evaluarla.

Para citar este artículo

Juárez Jerez, H. (abril, 2008) La reglamentación de la calidad: aspectos institucionales. Revista Cognición Nº 13 ISSN 1850-1974 Edición Especial II CONGRESO CREAD ANDES y II ENCUENTRO VIRTUAL EDUCA UTPLoja, Ecuador

LA REGLAMENTACIÓN DE LA CALIDAD: ASPECTOS INSTITUCIONALES

 Hada G. Juárez Jerez de Perona

Universidad Nacional de Córdoba

ARGENTINA

La educación a distancia ha adoptado una identidad nueva al desarrollarse en entornos virtuales siendo los medios tecnológicos digitales informáticos y telemáticos su soporte. Incorporar esta modalidad en la universidad presencial tradicional, sin duda, constituye una innovación cuya difusión debe cumplimentar etapas en el tiempo, dado que el cambio cultural no es inmediato. Tales etapas pueden sintetizarse en: tomar conocimiento de la innovación, interesarse en ella, adoptarla, implementarla y evaluarla.

Es necesario también, a los fines de la dinamización de la innovación generar un área o centro de apoyo para lo cual se requiere diseñar un modelo organizativo (centralizado, descentralizado o mixto) en el cual se encuadrará dicha área. Esto en sí, no es tan sencillo en las universidades presenciales con fuerte autonomía de las unidades académicas como es el caso de la República Argentina. En este caso, se ha observado la conveniencia de adoptar un modelo descentralizado con un área central de apoyo altamente especializada, que surja de un proyecto bien fundamentado y consensuado para no tener resistencias tanto académicas como presupuestarias.

Un aspecto relevante es el de la gestión de la innovación en la que se pueden destacar cuatro etapas -estrechamente vinculadas a la calidad- siendo los innovadores los que tienen que fijar las estrategias a desarrollar en cada una de ellas. Dichas etapas son:

  • La decisión política que fortalezca la innovación asegurando su permanencia.
  • La normativa que regule las etapas de adopción, implementación y evaluación.
  • La infraestructura (física, tenológica y humana) que soporte con eficiencia y eficacia la oferta educativa en entornos virtuales.
  • El control de calidad necesario a la mejora permanente del programa.

Debe tenerse en cuenta que las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) han transformado los modos, las formas, los espacios, los tiempos y las modalidades de interacción de los actores del proceso educativo y la educación a distancia en entornos virtuales, debe generar instancias que hagan a la calidad de la propuesta educativa por lo que -a fin de contemplarla- se deben fijar los criterios para planificar y pautar los procesos, las actividades y los instrumentos necesarios a tal fin. Para cumplimentar esto, deben tenerse en cuenta aspectos claves que aún no han sido suficientemente consolidados en las instituciones de educación superior. Tales instancias se sintetizan en:

  • Generar una comunicación fluida y una adecuada distribución de la información.
  • Apoyar los requerimientos de las ofertas educativas en entornos virtuales.
  • Fomentar la formación docente en el uso de las TICs.
  • Consensuar y establecer normativas que regulen los proyectos educativos a distancia.

Esta presentación se centrará en las normativas cuya fijación son esenciales a la calidad, la cual, debe ser considerada y coordinada a distintos niveles. Si bien normalmente se da una reglamentación a nivel país que rige para todas las instituciones, es esencial la fijación de una normativa a nivel de la propia institución de educación superior. Esta, a su vez, deberá distinguir la calidad del proyecto de innovación tecnológica de la calidad de la oferta educativa ya sean carreras o cursos a distintos niveles. Se añade a esto el rol que cumplen organismos evaluadores de la calidad, tales como CONEAU en Argentina, que también requieren de la fijación de criterios claros a los fines de avalar o nó las propuestas a distancia virtuales que se les presentan.

A partir del contexto presente en las universidades en Argentina, es exigible que tengan sus propias normativas encuadradas dentro de un marco general pautado por una reglamentación a nivel gubernamental. Particularmente, en el caso de las universidades públicas argentinas, se destaca su heterogeneidad no sólo en su estructura y tamaño sino también en la incorporación de la tecnología en sus procesos educativos. Lo mismo sucede al interior de cada institución, ya que entre las unidades académicas que la conforman es usual que no registren un comportamiento homogéneo. Es precisamente esta diversidad, la que lleva a que la normativa gubernamental sea resistida (tal el caso de la Res. 1717/04 actualmente en vigencia en

Argentina), ya que no pocas veces se comete el error de fijar aspectos a evaluar demasiado minuciosos, ignorando las diferencias entre las instituciones a las cuales afectará. Esto lleva a la necesidad de que la normativa que se promulgue, sin dejar de lado las instancias de la calidad exigibles, adopte un criterio amplio que permita contemplar las diferencias entre las instituciones de un mismo país.

1. La normativa de la institución educativa

El problema inicial con el que se enfrentan las universidades –aún hoy- es el de determinar ¿qué aceptar por calidad? Este concepto no es único, ni es rígido Es el primer interrogante que debe plantearse la institución y sobre el cual no hay una única respuesta. La mayor fuente de confusión a la hora de plantearse la calidad de las instituciones universitarias, nace de la incapacidad para definir previamente qué se entiende por calidad. Es esto, precisamente, lo que dificulta la fijación y/o cumplimiento de normativas sin consenso previo.

Un primer aspecto que debe considerar la institución, es distinguir a) calidad de los procesos del área de innovación -ya sea que ésta funcione a nivel central o descentralizada a nivel de cada unidad académica- de b) la calidad de los proyectos educativos generados.

En relación al área de innovación, debe tenerse en cuenta que las ofertas virtuales de calidad exigen de la misma, la generación de soportes. Estos deben darse:

  • a los responsables de proyectos educativos,
  • a la producción de material didáctico,
  • a los docentes y a los estudiantes.

Para poder implementar estos apoyos, una decisión clave al área de innovación es el equipamiento en infraestructura física, tecnológica y humana. Aquí, entran a jugar los consensos y la significación del área de innovación, lo cual a su vez, está estrechamente vinculado al modelo de organización y a la disponibilidad de recursos presupuestarios. Esto último, supone la exigibilidad de fijar un presupuesto mínimo necesario. Además, la generación de un equipo multidisciplinario no es sencillo y las exigencias de calidad, llevan a que no se deben encarar acciones apresuradas de incorporación tecnológica que impliquen equipamiento fragmentario y capacitación esporádica. Cumplimentado esto, aún pueden observarse áreas de tecnología que estando integradas por equipos de expertos de capacidad probada y con tecnología apropiada, no son eficientes en su gestión por no cumplir pautas que hacen a la calidad de sus procesos, lo cual, repercute negativamente sobre las ofertas educativas que tienen que apoyar.

Para que el área de innovación pueda efectivizar las funciones que le competen, deberán establecerse –adoptando algunos elementos de modelos de calidad vigentes- los procesos generales y específicos del área, fijándose los procedimientos a seguir para alcanzar los objetivos propuestos. Además, se designarán los responsables de cada proceso general y se especificarán los registros de las respectivas actividades a cumplimentar. A esto se añaden la necesidad de pautar indicadores de calidad básicos para cada proceso como condición necesaria para analizar y evaluar el cumplimiento de las metas fijadas así como plantear acciones preventivas y/o correctivas. Todo esto implica sin duda un cambio cultural en la institución educativa, que lleva tiempo pero que no debería ser imposible. El seguir una política de calidad de este tipo, impediría el apartarse de los objetivos fijados y permitiría advertir la exigencia de incorporar nuevos en respuesta a necesidades emergentes. Las universidades –en especial las públicas- son muy propensas frente a cambios de gestión, a olvidar las bases sobre las que se fijaron los objetivos de sus programas, centrándose en necesidades presentes sin consolidarlas hacia el futuro.

En relación a la normativa a las cuales deberán ajustarse las ofertas educativas de la institución educativa considerada, deberá consensuarse al interior de la misma los aspectos mínimos que tendrán que cumplimentar en la búsqueda de los niveles de calidad esperados. Esto es particularmente relevante en las universidades bimodales, en las que suele transferirse tanto en lo académico como en lo administrativo las pautas del accionar presencial a la modalidad a distancia. Habrá aspectos básicos en relación a la presentación de proyectos en los que se especifique el diseño pedagógico, las formas de evaluación, la certificación, etc. y también será conveniente pautar reglas de funcionamiento del campus virtual que garanticen la eficiente y eficaz prestación de los servicios requeridos por las ofertas educativas virtuales.

2. La normativa gubernamental

La preocupación por la calidad, ha llevado a que la misma ocupe un lugar central en el diseño de políticas y en la construcción del marco normativo de la Educación Superior, especialmente, en el caso de cursos a distancia virtuales. A nivel latinoamericano existen iniciativas importantes que intentan promover la discusión y la definición de instrumentos que avalen la educación a distancia con criterios de calidad.

En Argentina, el Ministerio de Cultura y Educación de la Nación por Resolución 1717/2004, regula todo proyecto educativo a distancia, de instituciones de educación superior de establecimientos públicos o privados y en su articulado subyacen supuestos acerca de la calidad educativa, que pueden o no estar acordes con los debates a nivel internacional y latinoamericanos.

Es de destacar que las universidades públicas en Argentina, sostienen fuertemente determinados principios, esto es, la autonomía, el ingreso irrestricto y la gratuidad los que tienen distintos matices en todas ellas y hasta el fenómeno de la masividad no es homogéneo . Por otra parte, la educación a distancia en entornos virtuales supone fuertes cambios organizativo-administrativos que no se han dado en muchas de ellas, tampoco una normativa que haga a la calidad de sus procesos educativos e incluso, se registra ausencia del apoyo político-presupuestario necesario para consolidar interesantes propuestas.

La primer pregunta que surge frente a la heterogeneidad de las universidades refiere a si ¿es pertinente generar normativas comunes exhaustivas, para las propuestas educativas desde el nivel central del Ministerio de Educación exigibles por igual para todas las universidades?

Inmediatamente puede plantearse una segunda pregunta en relación a la legislación que en aras de la calidad plantea exigencias que no se dan para las ofertas presenciales. De otro modo, hay diferencias pero hay semejanzas entre las modalidad presencial y a distancia ¿por qué el control a unas y no a otras en aspectos comunes a ambas? La tercera pregunta que se impone es ¿qué tipo de legislación debe darse, a fin de considerar el marco de la autonomía de las universidades y el consecuente respeto por la legitimidad de sus objetivos institucionales?

Sin duda regular para garantizar la calidad es un proceso complejo y la respuesta a tales interrogantes no es sencilla, pero, es necesario considerarlas a fin de no generar resistencias que lleven a tener un efecto contrario al esperado.

3. Evaluación de la calidad

Es necesario evaluar la calidad de las ofertas educativas y el gobierno de un país tiene poder legal para determinar cuándo, cómo y quién puede hacerlo a fin de garantizar que las instituciones educativas brinden a la sociedad las mejores propuestas, en especial cuando se trata de carreras -sean de grado o de posgrado- que implican una titulación para el ejercicio de una determinada profesión. La idea de evaluación se asocia con la calidad educativa a la cual se trata de determinar y exige de juicios de valor por parte del evaluador frente a un conjunto de criterios establecidos. La acreditación es alcanzada cuando se declara el cumplimiento de los criterios fijados.

Aquí nuevamente se presentan diversos aspectos a ser considerados y el primero de ellos, hace a fijar claramente las competencias del organismo u organismos encargado/s de hacer la evaluación. En el caso de Argentina el Ministerio de Cultura y Educación (MCE) y la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria, (CONEAU) son quienes intervienen a los fines de la aceptación de los proyectos de carreras a distancia.

Los aspectos que CONEAU evalúa se agrupan en las siguientes secciones:

  • Inserción institucional, organización y gobierno
  • Diseño, duración y desarrollo del plan de estudios
  • Calidad del proceso de formación
  • Resultados y mecanismos de revisión y supervisión
  • Res. 1717/04 MCE

Los cuatro primeros son válidos también para la modalidad presencial presentándose en cada ítem exigencias particulares para la modalidad a distancia, debiendo verificarse además, lo prescripto en la normativa del MCE para estos tipos de proyectos.

Un primer aspecto que se observa en las presentaciones de proyectos para ser evaluados, es la falta de información especifica a la modalidad en distintos ítems. En algunos casos por inexistencia (tal el caso de una normativa en educación a distancia propia de la institución presentante); en otros por omisión por falta de experiencia en este tipo de presentaciones y en otros por no tener en claro las exigencias de una propuesta en entornos virtuales (como por ejemplo ausencia de un diseño pedagógico). Frente a esto, se le hace una primera observación a la institución quien responde en el tiempo fijado pero -en casos similares presentados- las respuestas pueden diferir ya que el contexto en el que se desarrollan las ofertas a distancia atraviesa sus procesos y es de fuerte impacto, por lo que pareciera muy difícil para evaluar la calidad el aplicar estándares comunes. En otras palabras, controlar mediante la utilización de estándares y parámetros uniformes para medir la calidad de productos o servicios diferenciados ¿sería pertinente?

Otro punto de discusión se da en cuanto a que existe un nivel de discurso pedagógico, de formulación y diseño de propuestas que no siempre se traducen en las prácticas. Esta distancia posible entre el discurso y la realidad ¿cómo evaluarla? ya que no sería suficiente hacerlo a través de estándares e indicadores preestablecidos. Esto es, se requiere también evaluar lo que se hace para alcanzar lo fijado en el plan, verificando si los resultados obtenidos responden a los objetivos fijados.

Lo antes expuesto, induce a pensar que la calidad de un programa de educación a distancia debe basarse en la propuesta de enseñanza y aprendizaje, en la calidad de los contenidos y la calidad de las estrategias metodológicas que generen nuevas formas de aprendizaje y dado que el contexto enmarca el diseño de la carreras, su funcionamiento y sus resultados; no puede ser el contexto una dimensión separada y los criterios para valuar no deben ser rígidos para poder adaptarse a la heterogeneidad e incluso a la diversidad cultural.

En síntesis, en las normativas vigentes para la evaluación, sería necesario considerar la definición de los fines en relación con los contextos, con las posibilidades, con las necesidades y con la interdependencia de las instituciones o sistemas sociales. De otro modo, se trata de trascender lo puramente mensurable, para lo cual, las exigencias de presentación debieran posibilitar al evaluador realizar un análisis crítico del proyecto básicamente en relación a que las estrategias metodológicas de la modalidad se correspondan con las posibilidades y limitaciones del destinatario.

Conclusiones

Las universidades debe buscar la calidad tanto en el cumplimiento de los procesos en sus áreas de innovación tecnológica como en los proyectos educativos que ofrezcan. Para ello, sin duda, es exigible que fijen normativas que den las pautas mínimas que permitan categorizar sus ofertas educativas dentro de niveles de calidad aceptados.

Se destaca que las universidades se enmarcan dentro de un contexto que repercute sobre sus procesos y productos, pudiendo encarar el concepto de calidad de distintas maneras según las características que cada una considere más destacable. Por esto, la normativa que las regule a nivel gubernamental, debe ser lo suficientemente flexible y equitativa a fin de poder ser implementada en instituciones de educación superior heterogéneas en su estructura y en su accionar. Además, a los fines de evitar posibles conflictos, no debe discriminar por modalidades aspectos comunes del proceso educativo.

En relación a los criterios de evaluación por parte de los organismos de acreditación de la calidad, es aconsejable trasciendan lo puramente mensurable. En este aspecto, debe tenerse en cuenta, que los sistemas de acreditación y control de la calidad pueden avalar la pertinencia de las propuestas educativas pero, dado el nivel de subjetividad presente en algunos aspectos de la evaluación, no pueden dar garantía total de calidad de la propuesta educativa evaluada.

Finalmente, la adecuada complementación de las normativas fijadas a distintos niveles para regular las ofertas educativas en entornos virtuales, deberán confluir a que el concepto de calidad -aún con los matices propios de la heterogeneidad de las instituciones educativasimplique que los objetivos fijados sean coherentes con la misión social y las exigencias de las áreas de conocimiento, que los procesos educativos y sus resultados sean eficientes y eficaces y que se arbitren controles que trasunten una búsqueda permanente de mejora.

Referencias

Derrico, Evelia (2005) “La organización y administración de centros educativos: una visión desde el concepto de las buenas prácticas en educación.” ILCE- Tecnología y Comunicación Educativas. Año 19-20 – Nº40 pp.22-36

EDUS/UOC &GRINTIE/UB (2003) “Pautas para el análisis de la intervención en entornos de aprendizaje virtual: dimensiones relevantes e instrumentos de evaluación”

Directora:Elena Barberá.

Juárez Jerez de Perona, H Ed.(2007) Proceso Educativo y Tecnologías .Edit.FCE. ISBN 978- 987-23497-7- Córdoba-Argentina

Juárez J,H./ Sabulsky,G y otros (2006) “Criterios de calidad que hoy se proponen en Latinoamérica para evaluar la modalidad a distancia: Una doble lectura” III Congreso Internacional de educación a distancia- RUEDA –Córdoba-Argentina

SALINAS, J. (2004) “Calidad de entornos Virtuales en educación a distancia: Cuestiones y desafíos”. Seminario Internacional de Evaluación y Acreditación Universitaria: Un Reto a la Calidad. Córdoba- Argentina.

 

 
FIN
 
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