| COMPETENCIAS PARA APRENDER Y ENSEÑAR EN COLABORACIÓN. | 
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| Revista Cognición 34 - Ponencias | |||||||
 COMPETENCIAS    PARA APRENDER Y ENSEÑAR EN COLABORACIÓN. BOSSOLASCO,    María Luisa This e-mail address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it 
 En el presente artículo se analizan una serie de variables que se pusieron en interrelación en una instancia de enseñanza-aprendizaje con modalidad b-learning destinada a docentes de nivel superior, al diseñar un espacio de trabajo desde la lógica de la metodología colaborativa. Se describen en una primera instancia las condiciones que desde diferentes planteos teóricos deben darse para diseñar un entorno de trabajo con esta modalidad para avanzar luego en el análisis de algunas de estas variables. La atención se focaliza en las percepciones de quienes asumieron el rol de alumnos en dicho proceso, lo cual pone de manifiesto que son múltiples las variables que entran en interrelación y no debe descuidarse ninguna de ellas. Una de estas cuestiones se relaciona de manera directa con el rol asumido por los participantes y sus competencias específicas para trabajar colaborativamente de manera mediada. Para finalizar, se señalan estrategias alternativas a implementar, que podrían actuar como líneas de mejora para elevar niveles de calidad en el área. Palabras Claves: Enseñanza-aprendizaje. Colaboración. Competencia. Formación Docente. Educación Superior. Virtualización. Percepciones. 
 
 
 1. Introducción  El aprendizaje    colaborativo se ha constituido, desde hace un tiempo, en tema de interés    para la investigación educativa y ha motivado el desarrollo de múltiples    estudios y constructos teóricos. Esto se pone en evidencia a partir de    diferentes indicadores como son la bibliografía emergente en el tema,    las presentaciones en eventos científicos o estudios sobre el estado    del arte referidos a los procesos de enseñanza-aprendizaje y más    específicamente sobre el aprendizaje en línea (Means, B. et al.    2009). Si bien los    trabajos sobre esta modalidad de aprendizaje tienen su origen en las décadas    de los años 70 y 80, donde los procesos interactivos entre los miembros    de un grupo tenían lugar en instancias presenciales, cara a cara; es    en los últimos años cuando se han intensificado las investigaciones    y los constructos en dicha área a partir de la inclusión de herramientas    tecnológicas que han actuado como soportes y vehículo de mediación    para los procesos interactivos que tienen lugar tanto en contextos laborales    como en situaciones de enseñanza y aprendizaje (Bossolasco, 2010). Por otra parte,    el aprendizaje colaborativo o -más específicamente- la capacidad    para trabajar de manera colaborativa y en red, está siendo identificada    como una competencia a promover en los estudiantes y docentes, tanto en lo referido    al mundo del trabajo (Martínez Aldanondo, 2010) como en lo concerniente    a los ámbitos académicos y de investigación (UNESCO, 2008).     Sin duda resultaron    motivadoras para la escritura de este artículo las preguntas sugeridas    en el tercer eje del presente congreso: ¿Qué competencias específicas    deberían desarrollar el docente que diseña la currícula    para EaD?, ¿Son las mismas competencias del diseñador de la currícula    presencial?, ¿Qué cambios curriculares deberían implementarse    en las carreras de formación docente para preparar a los futuros profesionales    en el diseño curricular para EaD? Y, se podrían añadir    otras, como… ¿Qué competencias deberían desarrollar    aquellos docentes que intentan incorporar en sus prácticas educativas    presenciales instancias de virtualización? En un intento    de ofrecer algunas respuestas a dichas cuestiones, se presentan las percepciones    que tuvieron un grupo de docentes de educación superior, asumiendo el    rol de alumnos, luego de finalizar una instancia de formación, en donde    se planteó como propuesta una metodología de trabajo colaborativa    mediada. 2. Consideraciones teóricas  En la actualidad,    una de las expresiones más difundidas respecto al aprendizaje colaborativo    mediado es aquella que se identifica con las siglas en inglés de CSCL    (Computer Supported Collaborative Learning) la cual "se define como una    nueva disciplina de las ciencias de la educación que combina la noción    de aprendizaje colaborativo con el potencial de las TIC para apoyarlo"    (Onrubia, Colomina y Engel, 2008. p. 235) Cuando pensamos en español    existen una diversidad de conceptos y definiciones que, en muchas ocasiones    se utilizan de modo indistinto, tales como las referidas a: aprendizaje en grupo,    aprendizaje en cooperación, aprendizaje en colaboración. Diferentes    autores (Johnson y Johonson, 1994, Martí 1996, Prendes Espinoza, 2003)    realizan distinciones teóricas respecto a tales conceptos; señalando    que difieren en los grados de interacción positiva que se generan entre    los participantes.  Por su parte,    Gros Salvat (2008) sostiene que la diferencia entre los conceptos anteriormente    citados estaría dada por la existencia de diferentes grados de interdependencia    entre algunas variables como lo son: los miembros del grupo, las metas de la    tarea, el tipo de responsabilidad en el aprendizaje por parte de los miembros,    el liderazgo asumido en la tarea, el papel del profesor y el propio seguimiento    de la tarea. Para esta autora, en una metodología de trabajo colaborativo    debería existir una interdependencia positiva entre los miembros del    grupo, ciertas metas estructuradas, un grado de responsabilidad compartida,    un liderazgo y responsabilidad en el aprendizaje compartido, un docente que    asuma la tarea de observación y retroalimentación sobre el desarrollo    de la tarea y una tarea en la cual no sólo se reconozca el producto,    sino por sobre todo, el proceso. Retomando las    ideas de la autora, el aprendizaje colaborativo mediado expresa dos ideas importantes,    "en primer lugar la idea de aprender de forma colaborativa. En este sentido,    no se contempla al aprendiz como una persona aislada sino en interacción    con los demás (…) en segundo lugar se enfatiza el papel que el ordenador    como elemento mediado que apoya este proceso." (Gros Salvat. 2008. p. 91) Complementando    estos planteos Onrubia, Colomina y Engel (2008) -retomando la propuesta de Dillenbourg-    sostienen que es necesario entender los procesos que constituyen un auténtico    aprendizaje colaborativo para lo cual se requiere tomar conciencia que existen    múltiples variables, factores o condiciones que se combinan e interactúan    unas con otras, en forma compleja. Entre estas variables mencionan la composición    de los grupos, las características de la tarea o contenido de aprendizaje    y la actuación del profesor. Los autores sostienen que en el momento    de diseñar instancias de aprendizaje colaborativo la atención    debería estar en aumentar la probabilidad de que ocurran aquellos tipos    de interacciones entre alumnos que cuentan con mayor potencialidad desde el    punto de vista de los procesos de construcción de significados. Al mismo tiempo sostienen que… 
 
 En el marco    de tales planteos diferentes autores señalan que no todos los intercambios    e interacciones que se generan implicarían o resultarían en un    progreso en el aprendizaje de los participantes. En este sentido, Woo y Reeves    (2007), partiendo del socioconstructivismo, reconocen que no todas las conversaciones    o discusiones que ocurren, en todo momento o lugar, son significativas para    el aprendizaje. Es más, introducen el concepto de interacción    significativa para caracterizar aquellas interacciones que tendrían influencia    directa sobre las estructuras intelectuales del aprendiz.  Se podría    señalar, en otros términos, que aprender requiere una interpretación    personal del fenómeno y la construcción de un modelo mental que    represente dichos fenómenos. Por ello, cuando la interacción en    un ambiente de aprendizaje está diseñada para mejorar la construcción    de significados, entonces esa interacción se puede considerar significativa.    Aquellos entornos diseñados y administrados con el propósito de    promover interacciones de este tipo, podrían considerarse como propuestas    de enseñanza-aprendizaje que generan la posibilidad de trabajar en colaboración. Tomando como referencia los aportes anteriores, en el marco del presente trabajo se considerará como una situación de aprendizaje colaborativo mediado, aquella instancia de trabajo que se caracteriza por: 
 3. Objetivos y Metodología El presente estudio tiene como propósito identificar las percepciones de un grupo de docentes de nivel superior, en relación a la propuesta de trabajar colaborativamente en un curso de formación on-line. El curso fue ofrecido desde la UNT Virtual y el tema del mismo se focalizó en la "Inclusión de prácticas de virtualización en la enseñanza universitaria". Para dar respuesta a este objetivo se analizaron las respuestas dadas por los docentes participantes del curso a un cuestionario que permitía indagar la percepción se los mismos sobre el desarrollo del curso. Se realizó un análisis descriptivo de los ítems más significativos de dicho cuestionario; respecto a esta variable, y se puso en relación tal información con los recursos tecnológicos utilizados como instrumentos de mediación, con las actividades propuestas y el rol asumido por los docentes en dicho contexto. 4. Resultados del estudio 
 
 Una de tales    competencias fue la capacidad para trabajar de manera colaborativa en contextos    de comunicación mediada por recursos tecnológicos; para lo cual    se diseñó un aula virtual en el campus de UNT Virtual y se propusieron    actividades que, en su resolución, demandaron trascender la tarea individual.    El análisis de resultados que se presentan en este escrito, focaliza    su atención en dicha variable. 
 El diseño    del curso estuvo pensado en cinco módulos de contenidos y dos talleres    específicos sobre diseño de material multimedial (TV-web y Radio-web).    Tanto en los módulos como en los talleres, se generaron actividades que    debían ser resueltas de modo grupal. Si bien en algunas ocasiones se    requería el encuentro presencial de los participantes para dar respuesta    a la tarea, simultáneamente se crearon, para cada caso, espacios de trabajo    colaborativo dentro del aula virtual .  Los recursos    utilizados al interior de la plataforma que permitieron y favorecieron el encuentro    virtual sincrónico y el desarrollo de las actividades, fueron el foro    y la wiki. El foro se propuso como espacio en donde los miembros del grupo podían    organizar la tarea, debatir posturas y llegar a acuerdos respecto a la actividad    o producto final que se solicitaba como respuesta a cada tarea. Se habilitaron    foros tanto para las actividades que requerían la elaboración    de un texto compartido o el diseño de respuestas on-line, en el aula    virtual; como para aquellas actividades que exigían un trabajo presencial,    tal como sucedió en la filmación del audiovisual o en la grabación    del audio para la radio-web. En complementariedad    con los foros de debate, se habilitaron aplicaciones basadas en la tecnología    de los wiki. Un wiki es una herramienta web que permite la modificación    instantánea de sus contenidos, en forma colaborativa. Su potencialidad    educativa se encuentra no sólo en que los participantes pueden escribir    en momentos distintos y/o simultáneos, sino que pueden añadir    información, eliminar, modificar, editar un mismo texto que comparten,    hasta llegar a la versión final. Complementando    estos canales de comunicación sincrónicos que permiten un tipo    de comunicación multidireccional, los participantes contaron con canales    de comunicación bidireccionales, como la mensajería interna y    el correo electrónico. En cada uno    de los módulos y talleres se trabajó a partir de esta dinámica    y más del 70% de las actividades propuestas requerían que los    participantes asumieran tareas en colaboración. Entre las actividades    propuestas se pueden mencionar: La búsqueda de videos, experiencias ó    sitios web representativos de un determinado tema y su posterior análisis    en función de referentes teóricos; la construcción colaborativa    de un guión para radio o TV, la construcción colaborativa de una    ponencia o documentos de texto, el diseño de e-actividades sobre un contenidos    a elección, entre otras. 
 Los docentes    a cargo de cada uno de los módulos asumieron, en términos de Garrison    y Anderson (2005), presencia cognitiva y social. En tal sentido, los profesores    que tuvieron a su cargo el diseño de los módulos tomaron decisiones    instruccionales de planificación gestión del proceso de enseñanza-aprendizaje;    definieron los objetivos de los módulos, realizaron la selección    de materiales y la planificación de las actividades. Al mismo tiempo    llevaron adelante la tarea de seguimiento del trabajo de los alumnos; leyendo    y respondiendo regularmente las contribuciones y preocupaciones de los estudiantes.    Complementando estas acciones, mediante sus intervenciones fueron más    allá de promover el debate y la participación, ayudando a los    alumnos como experto en los contenidos que se estaban trabajando. 
  Al finalizar    el curso se solicitó a los participantes que dieran respuesta a un cuestionario,    diseñado con una escala likert, en el cual tenían que ofrecer    su visión sobre el desarrollo del curso. En dicho cuestionario se les    solicitó información sobre seis variables; a saber: Relación    entre objetivos, contenidos, metodología; diseño y contenido de    materiales, desempeño de los docentes, accesibilidad de la plataforma,    dinámica de trabajo y clima grupal y actitudes y/o habilidades desarrolladas    en el curso. Al mismo tiempo se les solicitó realizaran una valoración    general del trayecto de formación y se les ofreció un espacio    de respuesta abierta en el cual podían expresar su opinión, identificar    aspectos positivos y negativos. Sobre un total    de 52 alumnos que finalizaron el curso, se recibieron 49 respuestas, lo cual    representa la apreciación del 94% de los participantes que completaron    el proceso de formación. En términos    generales, los docentes participantes realizan una valoración positiva    del curso (96%) la mayoría de ellos señala estar de acuerdo en    que el curso ha satisfecho sus expectativas (96%) y, por otra parte, les ha    permitido ampliar sus conocimientos y habilidades (98%) sobre temas referidos    a la inclusión de prácticas de virtualización y elaboración    de material multimedial en sus prácticas de enseñanzas. Al realizar    una primera lectura general de las respuestas ofrecidas a todas las variables    anteriormente descriptas, se hace evidente que una de ellas presenta una valoración    más baja que el resto de los ítems a evaluar y es la referida    a la dinámica de trabajo y al clima grupal que existió durante    el cursado. Poniendo en    relación esta variable con afirmaciones que se encontraron implicadas    en otros ítems, se podría anticipar cierta falta de coherencia    en algunas de las respuestas, lo cual podría estar explicándose    en el desconocimiento de los docentes sobre la lógica que subyace al    trabajo colaborativo en entornos de comunicación mediadas, a las herramientas    que pueden utilizarse para ello y las posibilidades que estas ofrecen.  En este sentido    resulta significativo observar en el Gráfico Nº 1 cómo, desde    el discurso, el 100% de los docentes consideran que "se puede aprender    más compartiendo nuestras ideas que conservándolas", en donde    el 92% están totalmente de acuerdo con dicha afirmación y el 8%,    si bien acuerda en menor medida, también se hace eco de esta idea. Gráfico Nº 1: Supuesto de los alumnos respecto al modo en que se puede aprender. 
 
 Es importante mencionar que la pregunta refería a la existencia o no de tales recursos y no al uso que los participantes había hecho de los mismos. Esta cuestión se indagaba en un ítem subsiguiente.  Gráfico    Nº 2: Recursos de la plataforma para trabajar colaborativamente. 
 Focalizando ya en la percepción de los participantes respecto a las habilidades que pudieron desarrollar durante el curso, una de las afirmaciones estuvo dirigida a identificar el desempeño que habían tenido a nivel de comunicación escrita, utilizando herramientas de comunicación sincrónica. Puede verse, en el Gráfico Nº 3 que, cuando se indagó sobre las posibilidades que ofreció el curso para "mejorar las habilidades de comunicación", el 60% de los participantes estuvo totalmente de acuerdo con dicha afirmación, hubo un 30% que señaló estar de acuerdo, mientras que un 8% dio una respuesta neutral y un 2% señaló no haber percibido mejoras en dicha competencia. 
 
 
 Podría señalarse que, si bien a nivel de discurso reconocen que es más conveniente y pertinente compartir conocimiento, ya que esta actitud puede enriquecer y favorecer el trabajo de todos y que los docentes en general intervinieron para promover la participación de los miembros del grupo, en algunos equipos de trabajo existieron ciertas dificultades para hacer efectiva dicha participación activa. 
 
 Se cree importante señalar que estas cuestiones, en cierta medida, van más allá del saber conceptual respecto a las herramientas que existen o al uso de tales herramientas y refiere a las concepciones subyacentes de los participantes y a sus competencias. Saberes que no necesariamente se adquieren de manera inmediata, sino más bien requieren de procesos de metarreflexión constante. 
 
 Al indagar    acerca de si "el trabajo en pequeños grupos favoreció las    posibilidades de resolución de tareas", puede observarse en el Gráfico    Nº 5 que un 64% de los participantes afirma estar totalmente de acuerdo    con dicha afirmación, y otro 17% señala estar de acuerdo, aunque    en menor escala. Por su parte, un 13% dio una respuesta neutral y el 4% restante    señala que la modalidad de trabajo en pequeños grupos no ha favorecido    la resolución de las actividades.  En cierta medida, estas proporciones de respuesta se corresponden con las dadas a otras dos afirmaciones, que tuvieron como propósito indagar específicamente lo ocurrido al interior de los grupos de trabajo. Una de las afirmaciones hacía referencia al ambiente de cooperación puesto de manifiesto al interior del grupo, mientras que la otra refería al clima de trabajo allí vivenciado. Gráfico Nº 5: Modalidad de trabajo en pequeños grupos. 
 
 En la primera de estas afirmaciones se señalaba que se había "percibido un ambiente de cooperación en las actividades propuestas", ante lo cual -tal como se muestra en el Gráfico Nº 6- los participantes indicaron estar totalmente de acuerdo en un 57% de los casos y de acuerdo un 23% de ellos. Por su parte, el 13% ofreció una respuesta neutral y el 6% restante señaló no haber percibido ambiente de cooperación en sus grupos. 
 
 
 Tal como se    anticipó, complementando esta afirmación, se les solicitó    que emitieran su opinión sobre el clima de trabajo en grupo. En el Gráfico    Nº 7 se pone en evidencia que el 49% de los participantes estuvo totalmente    de acuerdo en que "el clima de trabajo en grupo fue satisfactorio",    y otro 32% señaló estar de acuerdo con ello. Por su parte un 17%    de los docentes participantes ofreció una respuesta neutral y un 2% indicó    que en sus grupos el clima de trabajo no había resultado óptimo. Otro ítem que resultó significativo en su análisis fue el referido a la posibilidad de que los intercambios generados en grupo favorecieran la revisión de concepciones previas. Gráfico Nº 7: Clima de trabajo. 
 En relación a ello, en el Gráfico Nº 8 se muestra que sólo el 41% de los participantes estuvo totalmente de acuerdo en afirmar que "se generaron debates interesantes que llevaron a revisar sus supuestos". En cierta medida esta es una de las frecuencias más bajas en las que los alumnos han estado totalmente de acuerdo. Sin embargo, a tal percepción positiva se le podría añadir otro 41% que también afirma estar de acuerdo con dicha apreciación. Por su parte, un 8% de los docentes respondieron en forma neutral y el 10 % restante señala que los debates e intercambios generados en sus grupos no favorecieron la posibilidad de revisar sus saberes previos. 
 
 Se ha podido ver, hasta aquí, que si bien las percepciones de los participantes han sido en general muy positivas respecto al curso en general, a la actuación de los profesores a cargo de los módulos y al diseño de la plataforma, tal percepción decayó en aquel grupo de ítems que referían a la dinámica del trabajo colaborativo al interior de los grupos. Si bien el número total de participantes que responde de manera negativa o neutral a las afirmaciones, continúa siendo reducido y no supera el 20% del total, ha disminuido simultáneamente, la proporción de docentes participantes que se encuentra totalmente de acuerdo con las afirmaciones propuestas, oscilando entre el 40% y el 60%. 
 Luego de haber hecho una descripción general de lo observado en torno a aquellas variables que los diferentes autores identifican deberían estar en interrelación para favorecer instancias de trabajo colaborativo, se pasará a analizar aquellas respuestas que dieron los participantes en los espacios abiertos de opinión.  Podría    señalarse que estas percepciones de los docentes puestas de manifiesto    en el cuestionario, en cierta medida tienen correspondencia con las respuestas    dadas por ellos mismos en los espacios de opinión e identificación    de aspectos positivos y negativos, referidos al diseño e implementación    del curso. A partir de la triangulación de datos de la misma fuente podrían    distinguirse dos grandes grupos de percepciones en los docentes participantes.     Un conjunto    mayoritario de docentes, que formó parte de aquellos sub-grupos de trabajo    en donde se evidenció ambiente de colaboración y buen clima al    interior de los equipos; lo cual permitió el surgimiento de debates a    partir del contenido de sus aportes -tanto en los foros como en la wiki- intercambios    que llevaron a revisar sus supuestos y saberes previos. Esta modalidad de interacción    generada en sus minigrupos de trabajo les permitió enriquecer, de modo    progresivo, sus estrategias de comunicación. Paralelo a    estos grupos, se encontrarían los participantes de aquellos equipos de    trabajo en donde los intercambios en los foros fueron reducidos y los aportes    en la wiki fueron efectuados sólo por una o dos personas. Esto generó    que en muchas ocasiones decidieran presentar las actividades de modo individual    o bien que, un reducido número de los participantes de dichos grupos;    asumieran la tarea por el resto del equipo. Resulta sorprendente,    pero al mismo tiempo significativo para posteriores análisis, observar    como una misma propuesta metodológica ha sido percibida de modo diferente    en función de las vivencias y realidades al interior de cada grupo, lo    cual llevó a los participantes a considerar como muy positiva o negativa    la propuesta de trabajo; en función del modo en que ellos mismos enfrentaron    la tarea. Quienes pudieron    constituirse como grupo de trabajo señalaron como uno de los aspectos    positivos del curso la propuesta de trabajar a partir de una metodología    colaborativa y el haber desarrollado competencias en relación a ello.    A continuación se transcriben algunos de sus comentarios que permiten    ilustrarlo:  Uno de los aspectos positivos del curso fue: 
 En contraste    con tales apreciaciones positivas respecto a la metodología de trabajo    propuesta, se señalan a continuación aquellas cuestiones que fueron    identificadas como negativas en el desarrollo del curso por el otro grupo de    participantes. Recordemos que estas percepciones se corresponden con las respuestas    dadas por aquellos docentes que tuvieron una percepción neutral o negativa    respecto a los ítems anteriormente analizados: Uno de los aspectos negativos del curso fue: 
 Aquí    es importante percibir, cierta diferencia entre las expresiones puestas de manifiesto    por el primer grupo de participantes y el segundo. En el primer caso casi todas    las expresiones se perciben como impersonales, referenciando a una tercera persona    (Ejplo: Fue acertado… el curso permitió… la metodología…    los compañeros, etc.); mientras que las respuestas dadas por aquellos    participantes que lo percibieron entre las cuestiones negativas hacen referencia    a ellos mismo y a las dificultades que ellos mismos vivenciaron (Ejplo: Me costó…    me ha costado… no me gustó mucho… no supimos, etc.). Se podría señalar que, quienes identifican algunas dificultades en relación al trabajo colaborativo no parecen estar focalizando la atención en la metodología en sí, sino más bien en ellos mismo y/o en el desempeño de los participantes de sus propios grupos; variables interdependientes que Gros Salvat (2008) describe como: los miembros del grupo, el tipo de responsabilidad por parte de los miembros y el liderazgo asumido en la tarea. 5. Ideas    a considerar en la búsqueda del desarrollo de competencias Retomando los    planteos de Gros Salvat (2008) se podría señalar como una primer    variable crítica de análisis la presencia de herramientas tecnológicas    de mediación, para la comunicación y el trabajo colaborativo,    que no todos los docentes conocían y estaban en condiciones de utilizar.    Estas herramientas, concretadas en los recursos de comunicación sincrónicos    de trabajo y comunicación (foros, wiki, mensajería interna, correo    electrónico), fueron identificadas como tales por el 77% de los alumnos    participantes. En este punto se cree necesario, como primera cuestión    a revisar, explicitar al inicio de la instancia de formación, y a lo    largo del desarrollo del mismo que se incluyen tales recursos y se diseñan    las actividades en los términos en que se diseñan con el fin de    promover en los participantes instancias que favorezcan competencias para el    trabajo colaborativo. Existen experiencias    en donde se diseñan cursos específicos, previos a cualquier instancia    de formación, que tienen como propósito único el desarrollo    de tales competencias; las cuales se constituyen en punto de partida para el    aprendizaje de saberes subsiguientes. En el caso de la UNT Virtual, en donde    el diseño de las instancias de formación no se ha planeado en    tales términos, se consideraría necesario revisar y explicitar    tal objetivo. Una segunda    variable crítica que identifica la autora, está en relación    con el rol que debe asumir quien aprende. En un contexto de aprendizaje colaborativo,    quien aprende no es una persona aislada, sino que debe estar en interacción    con los demás. En este punto se hace necesario esclarece dos cuestiones    interdependientes. La primera de ellas referida a la actuación de los    profesores, la segunda a la persona individual que asume el proceso de formación. En relación    a la actuación de los docentes resulta clave la ayuda educativa que el    profesor pueda ofrecer en dicho contexto. Ayuda referida no sólo a cuestiones    organizativas de la tarea, sino también en lo referente al manejo del    contenido y experiencia en el tema. Así lo señalaron los alumnos    participantes. Por su parte, quien asume el proceso de formación en una    modalidad de trabajo colaborativo, debe sentirse parte de un grupo y asumir    la responsabilidad en el aprendizaje como parte del mismo. Es decir, entender    que su desempeño, que quedará reflejado en los entornos que se    utilicen como espacios de comunicación o trabajo mediados, afectará    de manera positiva o negativa al trabajo mismo del grupo. Esto ha sido    puesto de manifiesto entre los datos analizados, donde pudieron distinguirse    dos grupos de percepciones. La de aquellos participantes que formaron parte    de un grupo en donde sus miembros asumieron la tarea colaborativamente y llegaron    a cumplir los objetivos y la de aquellos otros participantes en donde no tuvieron    una buena experiencia de trabajo en colaboración. A partir de    ello se hace evidente que no en todos los equipos de trabajo, ni para todos    los participantes resultó suficiente atender al diseño de las    tareas, a la selección y diseño de los entornos tecnológicos    o a la actuación de los docentes. Es necesario además considerar    aquellos procesos que tienen lugar al interior de los grupos de trabajo y en    la individualidad de los participantes. En tal sentido Coll, Mauri y Onrubia    (2008) sostienen que el diseño tecno-pedagógico, es decir, aquellas    cuestiones referidas a la propuesta de enseñanza y los recursos tecnológicos    pensados para llevar a cabo este proceso; es sólo un referente para el    proceso formativo y está inevitablemente sujeto a la interpretación    y uso que los participantes hacen de él. Cada grupo redefine y recrea    las potencialidades de las herramientas y la propuesta de enseñanza-aprendizaje    haciéndose o no efectivas determinadas formas de organización    de la actividad conjunta que inciden en los procesos intra e inter-cognitivos    implicados en el proceso de enseñar y aprender. Partiendo de    estos planteos, y tomando como referencia los aportes de Guiter y Giménez    (2004) y Guiter, Romeu y Pérez-Mateo (2007) se prevé para la próxima    instancia de formación, el diseño de un material específico    en donde se expliciten conceptos teóricos referidos al aprendizaje colaborativo    y se ofrezcan orientaciones a ser consideradas tanto a nivel personal como grupal    y se habilitará un foro de discusión inicial en donde se solicitará    a los participantes establecer acuerdos que guiarán su trabajo en colaboración. Como ya se lo ha señalado en diferentes instancias de reflexión, se cree que resultará poco viable que las herramientas de mediación por si solas puedan tener un valor pedagógico y eleven los niveles de calidad de las propuestas de EaD, sin estrategias educativas cuidadosamente diseñadas, sin profesores competentes en la disciplina y en el uso de estas herramientas, adecuadamente entrenados y sin participantes que asuman el compromiso de compartir, negociar, ceder, implicarse… colaborar. 6. Referencias bibliográficas  Barberá,    E.; A. Badia y J. Mominó (2001) La incógnita de la educación    a distancia, Barcelona, ICE-Horsori, 2001. Bossolasco,    M. (2010) El foro de discusión. Entorno mediado para la mediación    cognitiva. EVA. Mendoza. Consultado el 08/10/10 en http://www.editorialeva.net/fdd.html     Estándares    UNESCO de competencias en TIC para docentes. 2008. UNESCO. Consultado el 5/10/10    en http://www.oei.es/noticias/spip.php?article2454  Garrison, D.    y T. Anderson (2005). El e-learning en el siglo XXI. Barcelona, Octaedro. Consultado    el 7/10/10 en http://www.octaedro.com/pdf/10057.pdf  Gros Salvat,    B. 2008. Aprendizaje, conexiones y artefactos. La producción colaborativa    del conocimiento. Ed Gedisa. Barcelona. Guitert, M.    y F. Giménez. (2004) El trabajo en equipo en la asignatura multimedia    y comunicación UOC. UOC. Barcelona. Consultado el 16/09/2010 en http://xina.uoc.es/prestatgeries/00010/Trabajo_en_equipo_MyC.pdf     Guitert, M;    T. Romeu y M. Pérez-Mateo. (2007) Competencias TIC y trabajo en equipo    en entornos virtuales. Revista de Universidad y Sociedad del Conocimiento (RUSC).    Vol. 4. Nº 1. UOC. Consultado el 14/09/2010 en http://www.uoc.edu/rusc/4/1/dt/esp/guitert_romeu_perez-mateo.pdf     La metodología    Colaborativa. (2007) Curso Formación en Tutoría Virtual. Portal    Educativo de las Américas. OEA. Martínez    Aldanondo, J. 2010. ¿Que es un buen profesor? Newsletter Nº 54.    Catenaria. 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